Beñat ZALDUA
Donostia
CRISIS DEL CORONAVIRUS

EEUU e Italia ya registran más casos que China; Euskal Herria no intuye el pico

El Covid-19 sigue su expansión en Europa y EEUU, que ya encabeza el ranking de casos. Los cuatro países más poblados de la UE, sin embargo, suman el 61% de los muertos en todo el mundo; un saldo macabro del que Euskal Herria, con 36 muertos ayer, no logra escapar.

Se veía venir, y ocurrió finalmente ayer. EEUU ya tiene más casos confirmados de coronavirus que China. Al cierre de esta edición, según el John Hopkins Center, eran 97.028, con New York haciendo de Wuhan, concentrando prácticamente la mitad de los casos y amenazando con convertirse en el Katrina particular de Donald Trump. Eso sí, la letalidad sigue siendo mucho menor: 1.475 fallecidos. Sin embargo, la práctica inexistencia de un estado de bienestar –tanto en lo que se refiere a los hospitales, muchos ya colapsados, como en lo referido a la protección de desempleados– hacen que el impacto pueda ser mucho mayor.

Las cifras de gigantes como China y EEUU, sin embargo, tienen un punto engañoso. Si alguien en algún lugar tomase a la Unión Europea como referencia de algo, hace días que esta entidad encabezaría el listado, tanto de casos confirmados como de fallecidos. Solo Italia, el Estado español, el francés y Alemania suman 234.137 casos confirmados y 16.384 muertos, el 61% de los fallecidos en todo el globo. Claro, para eso la Unión Europea debería contar para algo. Puede que el Covid-19 acabe tumbando a Trump, pero a quien de verdad le va a volver a costar levantar cabeza es a la UE.

Medidas más drásticas

La sangría europea se concentra de momento en Italia, que también superó a China ayer en número de casos (son ya 86.498), y el Estado español. Roma contabilizó ayer 919 nuevos fallecidos (son 9.134 en total), y Madrid 769 (4.858 en total).

La curva española es, si cabe, más violenta que la italiana –tardó tres días en subir de los 2.000 a los 4.000 fallecidos, frente a los cuatro días de Italia–, por lo que cada vez se hace más difícil pensar que Madrid no vaya a acabar aplicando el cierre de toda actividad no fundamental. Es una medida vigente ya en Italia, y que afectaría a la producción industrial, línea roja que, en la CAV, el Gobierno de Urkullu no quiere pisar, pese a que la actividad económica ya ha descendido a la mitad –hablan de ello, en sendos artículos, Txisko Fernández y Maite Ubiria–.

El Gobierno español señaló que los próximos pasos se debatirán a lo largo del fin de semana, pero ayer Moncloa ya lanzó un globo sonda publicando una orden de Interior sobre la posibilidad de estrechar la vigilancia sobre la movilidad. El endurecimiento puede estar cerca, y parece que el enfoque que prima vuelve a ser el policial. Pero salir acompañado de militares no le está permitiendo a Pedro Sánchez soslayar las críticas. Pese a la retórica castrense, esto sigue sin ser una guerra; es una crisis sanitaria y el debate político no queda confinado.

Las críticas están siendo multidireccionales. Moncloa se negó a cerrar Madrid –igual que aquí no se hizo nada con Gasteiz–, alegando que la escala española no es la china, y que no se puede aislar de tal manera un núcleo vital como la capital. Y sin embargo, Finlandia lleva tres días con Helsinki aislada.

También han llovido críticas por la centralización de la sanidad, y estas han ido más allá de las protestas vascas o catalanas. “El Economista” recogió ayer una decena de opiniones de antiguos cargos del Ministerio, tanto del PP como del PSOE, que sacaban una conclusión sencilla: toda la sanidad está gestionada, peor o mejor, por las Autonomías; en el Ministerio no existe la práctica ni el saber hacer a la hora de lograr suministros y buscar material.

El último en criticar abiertamente la centralización de la Sanidad fue, ayer, Bonaventura Clotet, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias, uno de los principales centros sanitarios de Catalunya: «Hay que descentralizar el uso de medicamentos, no ha habido ninguna previsión; no lo puede centralizar todo el Gobierno español. Es caótico». Clotet también pidió el confinamiento de Madrid, Barcelona y otras ciudades.

Centralización desastrosa

Síntoma de esas deficiencias puede ser la compra de tests defectuosos por parte del Ministerio. Aunque la víspera alegaron que solo era una partida de 9.000 test, ayer la cifra se elevó de golpe a los 58.000, algo que ha vuelto a retrasar la realización de test rápidos, vitales para frenar la pandemia.

En Euskal Herria, el ritmo de test realizados sigue aumentando, pero también lo hace el de casos positivos, como se observa en el gráfico de arriba. El crecimiento no es proporcional. En los últimos siete días, el 45% de los test realizados ha dado positivo. En los siete días anteriores, sin embargo, fue el 35%. Y en la semana previa, el 30%. Mientras, se siguen reportando numerosos casos de personas con síntomas a las que no son se les realiza la prueba.

En cuanto a las cifras en Euskal Herria, ayer volvieron a ser duras. 886 nuevos casos, 273 nuevos hospitalizados, 40 nuevos ingresados en las UCI y 36 muertos. Eso como mínimo, porque no hay datos fiables acerca Ipar Euskal Herria. Con estos elementos encima de la mesa, hablar del pico de la curva se antoja complicado.

En el plano estatal español, sin embargo, Salvador Illa defendió ese próximo pico. «Estamos en un cambio de tendencia», aseguró, esgrimiendo los cálculos de su Ministerio. No son los mismos, desde luego, que los de la setentena de científicos del Estado que ayer llevaron a la renombrada revista “The Lancet” su estudio sobre la propagación del Covid-19 con y sin confinamiento total. Su conclusión es muy clara: las medidas tomadas funcionan, pero para evitar el colapso sanitario hay que endurecerlas.