GARA
WASHINGTON

Trump: «EEUU está asediada por el fascismo de extrema izquierda»

Con más de 130.000 muertos y 50.000 contagios diarios, EEUU celebró ayer el Día de la Independencia. En su discurso, el presidente que pasó por alto la cruda realidad de esas cifras y optó por sacar su lado más incendiario para avivar las brasas de la guerra cultural: EEUU está bajo ataque de un «fascismo» que se expresa derribando estatuas.

EEUU celebró ayer su fiesta nacional en unas circunstancias inauditas. Con un país durísimamente golpeado por el virus, con cifras de muertos e infectados diarios que espeluznan, con una sociedad dividida y herida, en protesta permanente, que se está expresando derrumbando estatuas de esclavistas, sudistas, segregacionistas, etc. Figuras, por otra parte, muy sentidas por los votantes de Trump.

Así las cosas, en un ambiente tan cargado, cabía esperar un discurso del presidente que mostrara dolor y compasión por los que enfermaron y murieron, un sentido de unidad, un propósito común para tiempos tan extraordinarios. Pero no, Trump hizo todo lo contrario. Jugó a un doble o nada, con un discurso pirómano, azuzando miedos y movilizando a su base. Pasó literalmente de puntillas por la devastadora crisis del coronavirus que azota a su país.

Bajo el icónico Monte Rushmore, dibujó un país en estado de sitio, asediado por un «fascismo de la extrema izquierda» contra el que cargó duramente. Según sus palabras y su visión de país, «EEUU está siendo testigo de una campaña despiadada para borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes, borrar nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos. Turbas enojadas están tratando de derribar las estatuas de nuestros fundadores, desfigurar nuestros monumentos más sagrados y desatar una ola de crímenes violentos en nuestras ciudades».

Terca realidad

Pero Trump ya había avisado: le gustan las banderas y estatuas confederadas. Ya adelantó que Robert E. Lee y Jefferson Davis, figuras que se rebelaron contra EEUU en nombre de la esclavitud, estarán en el Jardín Nacional de Héroes Americanos, un vasto parque al aire libre con estatuas de «los mejores estadounidenses de todos los tiempos» que anunció Trump por orden ejecutiva. No le disgusta este debate, al contrario, se lo toma como una batalla, es un buen aperitivo para él. Máxime cuando hay elecciones en cuatro meses y la mayoría de las encuestas nacionales y en los llamados «swing states», los estados que decantarán la balanza, su rival Joe Biden lidera las encuestas.

El presidente evitó hablar del coronavirus el 4 de Julio, pero la realidad es terca. A última hora de ayer se filtró que la novia de su hijo, Kimberly Guilfoyle, importante miembro del equipo de campaña de Trump, tiene el coronavirus. Se une así a un club que no deja de crecer en un país sumido en una enorme crisis de salud pública. ¿Y qué dice el presidente? Su equipo ayer filtró un nuevo eslogan: «Hay que vivir con lo que hay».