Iñaki IRIONDO
INICIO DE LA XII LEGISLATURA EN EL PARLAMENTO DE GASTEIZ

UNA CONSTITUCIÓN CONTENIDA

FUERA PORQUE AGOSTO INVITA A LA LAXITUD O PORQUE EL COVID-19 HA DEJADO POCO ESPACIO A OTRAS DRAMATIZACIONES, PERO AGRADÓ VER QUE LA CONSTITUCIÓN DEL PARLAMENTO DE GASTEIZ SE HIZO SIN ESTRIDENCIAS, AUNQUE NO FALTARAN MOTIVOS PARA EXPRESAR DISCREPANCIAS O INTENTAR AGUDIZAR CONTRADICCIONES.

Arrancó la decimo segunda legislatura del Parlamento de Gasteiz y lo hizo atendiendo al dicho popular de que «el que parte y reparte se lleva la mejor parte» o, como se dice en los casinos, «la banca siempre gana». El PNV decidió dar lecciones de pluralidad y como «la caridad bien entendida empieza por uno mismo», lo hizo repartiendo los cargos de otros. En concreto los de EH Bildu, qué casualidad.

El EBB había tomado la opción de compartir uno de los tres cargos que le correspondían por votos con el PSE, a quien ya considera pareja de hecho. «Somos una coalición de 41 escaños», adujeron para que Txarli Prieto, del PSE, se marcara la vicepresidencia primera, adelantando a Eba Blanco, de EH Bildu, grupo que tiene más que el doble de votos y de escaños. Y, puestos a ser magnánimos, en Sabin Etxea pensaron también que si Elkarrekin Podemos había perdido casi la mitad de su representación, merecía al menos el consuelo (y las retribuciones) de estar también en la Mesa. Y la pagana volvió a ser EH Bildu. Pero por las cosas de la pluralidad, no por ninguna animadversión hacia la segunda fuerza de la CAV. Tanta fue la generosidad del PNV, que hizo público el acuerdo con PSE y Elkarrekin Podemos el viernes por la noche antes de que EH Bildu respondiera a la propuesta. A la coalición morada ni siquiera le dio tiempo de borrar los vídeos de los «super-trionics» que iban a derrocar a «urkutron». Por lo visto, el partido de «Jaungoikoa eta lege zarra» no quiere que nadie asalte los cielos y prefiere ofrecer prebendas en el camino, que quienes decían venir a acabar con la vieja política aceptan a las primera de cambio.

EH Bildu: Hay cosas peores

La operación entre PNV, PSE y Elkarrekin Podemos-IU, que dejó a EH Bildu sin la vicepresidencia primera y una de las secretarías que consideraba que le correspondían en función de lo que la ciudadanía votó el 12 de julio, daba lugar a que la izquierda independentista ofreciera batalla por sus derechos, pero consideró que hoy por hoy hay cosas más importantes, y ni siquiera presentó candidatura a la secretaría para disputarla con Elkarrekin Podemos y obligar a PNV y PSE ha repartir sus votos de forma atenta.

La coordinadora del grupo EH Bildu, Nerea Kortajarena, explicó tras el pleno que «el reparto de puestos no puede ser lo más importante, menos todavía cuando nos enfrentamos a una crisis sanitaria, económica y social. La situación es muy grave y exige que todas dejemos de lado nuestros intereses particulares y busquemos soluciones compartidas, trabajando en común. Hemos sido coherentes con esa convicción y es con esa intención con la que abordamos la legislatura. En esa dirección vamos a trabajar también después de lo de hoy».

No a la Constitución

El pleno estaba anunciado para las 10, pero desde una hora antes había ya movimientos. Fuera de la Cámara se concentraron una decena de personas afines con quienes están en huelga de hambre pidiendo que se esclarezca el tema de Iruña-Veleia y otro grupo, más numeroso, en recuerdo de «Alberto y Joaquín», enterrados en el vertedero de Zaldibar, derrumbe para el que exigían responsabilidades.

Al edificio iban llegando las 39 parlamentarias y 36 parlamentarios que componen de momento el pleno, a la espera de que quienes desde el PNV y el PSE pasen a formar parte del Gobierno dejen la Cámara y sean sustituidos.

Para las 9.30 estaba convocada la Mesa de la Diputación Permanente, que tuvo que esperar a que llegara la presidenta, Bakartxo Tejeria, que hizo su entrada junto a sus dos hijas mayores y Josu Erkoreka, casi a las 9.45.

La Mesa tenía que decidir sobre un escrito registrado por el parlamentario del PP Carmelo Barrio pidiendo que se tomaran las medidas para que en la sesión constitutiva de la Cámara, «pueda cumplir con su deber u obligación de acatamiento de la Constitución española». Le respondieron que ni los parlamentarios de la Diputación de la legislatura anterior podían hacer peticiones sobre al actual, ni la Mesa tomar decisiones al respecto.

Barrio tendría que haber esperado a tomar posesión de su cargo y hacer la solicitud a la Mesa de Edad, como hizo Borja Sémper hace cuatro años. Pero parece que la derecha española tampoco estaba ayer con ánimos para el espectáculo.

De hecho, hasta la presencia de Vox fue inane. Su única parlamentaria, Amaia Martínez, optó a todos los puestos de la Mesa y obtuvo las tres veces el mismo resultado: one point. Santiago Abascal, también solo en la tribuna de invitados, entraba y salía con su mascarilla verde guardia civil y rojigualda lateral. Finalmente, anunciaron que pidieron que se repita toda la sesión y que se jure la Constitución. Pero todo en voz baja.

Paneles y mascarillas

A lo inusual de celebrar un pleno en agosto, se sumaba ayer la situación de pandemia y las medidas a las que obliga. Entre los escaños se instalaron paneles transparentes de metacrilato que lucían elegantes a la vez que discretos. A parlamentarias y parlamentarios se les distribuyeron mascarillas con el escudo del Parlamento, aunque no todas y todos los utilizaron.

La presencia de líderes políticos en las tribunas de invitados se vio restringida, debiendo quedar vacío un asiento de cada dos. Acudieron, entre otros, Andoni Ortuzar, Itxaso Atutxa y Mireia Zarate, del PNV; Arnaldo Otegi, Bakartxo Ruiz, Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta –la senadora autonómica Idurre Ibarguren se sentó en un escaño– de EH Bildu; del PSE fue Miguel Angel Morales; de Elkarrekin Podemos-IU, Pilar Garrido, Eduardo Uriarte e Isabel Salud. Nadie de la estructura autonómica del PP acompañó a Carlos Iturgaiz, la única cara conocida fue la dirigente vizcaina Raquel González.

Mesa de Edad y votaciones

Una vez que las 75 parlamentarias y parlamentarios se sentaron en sus escaños, se procedió a nombrar al jeltzale José Antonio Suso como presidente de la Mesa de Edad. Le acompañaron en las vicepresidencias Iñaki Agirre (PNV) y Txarli Prieto (PSE) como los otros dos más veteranos, y en las secretarías, Eraitz Saez de Egilaz (EH Bildu) y Joseba Díez Antxutegi (PNV), como los más jóvenes.

Antes de las votaciones, Suso pidió un minuto de silencio, por los fallecidos por covid-19, y un posterior aplauso por quienes han estado trabajando contra la pandemia.

La primera votación fue para elegir la presidenta del Parlamento entre Bakartxo Tejería y Amaia Martínez. La jeltzale tuvo 41 votos de PNV y PSE. La de Vox, el suyo. El resto votaron en blanco.

Después se eligieron las vicepresidencias. Se presentaron Eba Blanco, de EH Bildu, y Txarli Prieto, del PSE. Ah, y Amaia Martínez. A Prieto le apoyó su coalición de 41 votos y fue nombrado vicepresidente primero. Eba Blanco será vicepresidenta segunda, con sus 21 escaños.

A las dos secretarías optaron el jeltzale Iñigo Iturrate, Gustavo Angulo, de Elkarrekin Podemos, Laura Garrido, de la coalición PP+Cs y sí, también Amaia Martínez. EH Bildu decidió dejar pasar esa batalla. Debido a la decisión independentista, PNV y PSE solo debían garantizar al candidato morado que superaba los seis apoyos de Garrido. Finalmente, el resultado fue 37 votos para Iturrate, 11 para Angulo, 6 para Garrido, 1 para Martínez y 20 votos en blanco. Según supo este diario, un voto que debió declararse nulo fue contabilizado, sin embargo, para Gustavo Angulo.

Mesa de Edad y votaciones

Tras ser elegida como presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria leyó un breve discurso en el que, tras un primer recuerdo a las víctimas del covid-19, apuntó que la «prioridad en estos momentos» es «adoptar las medidas necesarias para reactivar la economía y generar empleo, y atender a las personas más vulnerables», destacó que «la colaboración resulta indispensable» y habló de «acuerdos amplios».

Advirtió Tejeria de que «necesitamos actualizar nuestro autogobierno. Necesitamos actualizarlo para garantizar los derechos políticos, económicos, sociales, lingüísticos y culturales de la ciudadanía vasca. Y para que todos esos derechos estén garantizados, resulta imprescindible un nuevo modelo de relación con el Estado, basado en la igualdad, la bilateralidad y el pacto».

«Necesitamos que se respete lo que las vascas y los vascos decidamos. Durante las dos últimas legislaturas, el Parlamento Vasco ha estado trabajando en esa actualización. Ahora, ha llegado el momento de culminarla. Son muchos los retos que tenemos por delante». Y por ello, apeló a la determinación, la ilusión, el valor, el trabajo y la colaboración de todas y todos. Se lo debemos a los que nos precedieron y a los que vendrán», manifestó Bakartxo Tejeria, antes de levantar la sesión constituyente y convocar otro pleno para este jueves.