Es una pena que a Peter Cattaneo le haya costado tanto tiempo superar el enorme éxito alcanzado con su ópera prima “Full Monty” (1997), porque tiene muy buena mano para la comedia social de estilo coral, y al final ha acabado por no complicarse la vida y hacer directamente una versión femenina de aquel su primer e influyente largometraje. Y de nuevo se ha basado en unos hechos reales, muy conocidos por el público anglosajón, que siguió a través de sus televisores la andadura de este coro femenino cuya popularidad se tradujo en la obtención de un número uno en la lista de sencillos. Otro acierto ha sido el confiar en la ascendente Rachel Tunnard como coguionista, junto a Rosanne Flynn, ya que aporta a la historia un humor muy realista, con personajes de carne y hueso que nunca llegan a ser juzgados, sino que son mostrados tal y como son en su cotidianidad.

Aunque “Military Wives” (2019) retrata a las mujeres de los militares, en el sentido textual del título original, bajo unos rasgos comunes, se permite hacer matices y establecer diferenciaciones de cara al objetivo final, consistente en sacar a la luz identidades que han permanecido a la sombra de los hombres uniformados de la casa, ya sean maridos o hijos. Esto se consigue ante la imposibilidad de analizar a cada una de las componentes del coro por separado, mediante los caracteres antitéticos de las dos integrantes de la pareja estelar. Las personalidades que representan Kristin Scott Thomas y Sharon Horgan no pueden ser más opuestas, pero les toca entenderse y trabajar en equipo.

La entente entre el perfil serio de la una y el más extrovertido de la otra da lugar a una fusión musical entre la clásica y el pop, ya que la forma de expresar su frustración y dolor internos son ambivalentes. Se trata en definitiva de superar cantando el sentimiento de abandono que experimentan, más allá del recurso de las cenas y tragos.