Natalia Kidd
Agencia EFE
CRISIS ECONÓMICA EN ARGENTINA

A un año del «agosto negro», el dólar sigue trepando en Argentina

El inicio del fin del mandato del presidente Mauricio Macri para pasar al de Alberto Fernández, que venció en las primarias, no fue bien recibido por los círculos financieros de Argentina, lo que llevó a que el valor del dólar estadounidense se disparase en relación al peso. Razones histórico-culturales y otras más coyunturales explican la evolución.

E l valor del dólar –o, mejor dicho, las múltiples cotizaciones que la moneda estadounidense tiene en Argentina– sigue en alza al cumplirse ahora un año del “agosto negro”, cuando el precio del billete verde se alzó violentamente en medio de una fuerte crisis económica rubricada por los cambios políticos en este país austral.

Hace un año Argentina ya estaba en profunda recesión. El domingo 11 de agosto de 2019 el peronista Alberto Fernández se imponía al entonces presidente, el conservador Mauricio Macri, en las elecciones primarias, allanando lo que sería su triunfo en las presidenciales de octubre, una noticia que cayó mal en los círculos financieros.

El 12 de agosto se recordaría en los mercados como el “lunes negro”: la Bolsa de Buenos Aires cayó un 37,93% y el dólar saltó un 19%, pero eso sería apenas el prolegómeno de su carrera contra el peso argentino.

Solo durante aquel mes de agosto, la cotización oficial del dólar acumuló un alza del 35,8%, en medio de una furibunda fuga de capitales y una drástica caída de las reservas del Banco Central que obligaron al Gobierno de Macri a imponer duras restricciones a la compra de divisas a partir de setiembre.

No obstante, los controles cambiarios hicieron florecer el mercado informal y los mecanismos financieros más sofisticados para hacerse con dólares.

Y, aun con estas restricciones, ni el Ejecutivo en retirada de Macri ni el flamante encabezado por Fernández, quien asumió la Presidencia en diciembre, pudieron evitar que nuevos episodios de tensión cambiaria se repitieran, aunque hayan sido de menor virulencia al registrado en aquel “agosto negro”.

En un año el precio del dólar en el mercado mayorista creció un 61% y el valor de venta al público en bancos y casas de cambio saltó casi un 67%, aunque el aumento llega hasta el 117% si al coste se añade la tasa adicional que hay que pagar ahora para comprar divisas para atesoramiento. Por las restricciones, el aumento fue aún mayor en las plazas alternativas.

La divisa estadounidense acumuló en los últimos doce meses un incremento de hasta el 182% para las compras a través de mecanismos financieros, como son las operaciones bursátiles, y trepó hasta alcanzar el 179% en el mercado informal o “blue”.

Las restricciones para el acceso a dólares en los mercados oficiales agigantaron, además, las brechas entre unas y otras cotizaciones. Así, por ejemplo, mientras el dólar se cotiza a 72,95 pesos por unidad en la plaza mayorista oficial, se compra a 100,27 pesos (con impuesto incluido) en los bancos, a 128,48 pesos a través de la bolsa y a 131 pesos en el mercado informal.

«La demanda neta de dólares para atesoramiento siguió creciendo, aunque sigue estando en niveles acotados si comparamos con los guarismos de hace un año atrás, debido al vigente control de cambios», señala en un informe la economista Guadalupe González, investigadora del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana de la Fundación Mediterránea.

González apunta que, pese al control de cambios, «no se ha logrado aún revertir el drenaje de reservas» monetarias, que en un año cayeron en casi 23.000 millones de dólares, hasta los actuales 43.333 millones.

Mientras el dólar tiende a depreciarse en el mundo, en Argentina hay razones de todo tipo para que el billete verde siempre sea apetecido. Las hay de tipo histórico-culturales: los argentinos, curtidos de sucesivas crisis, han adoptado hace décadas al dólar como valor de refugio.

Pero también hay motivos coyunturales: la crisis económica persistente y cada vez más aguda, el fuerte endeudamiento público en dólares, las restricciones para acceder a financiación externa, las limitaciones para conseguir más divisas por vía de exportaciones, una política monetaria expansiva y reservas monetarias limitadas son todos factores que condicionan al final del día el comportamiento del mercado cambiario.

Según han señalado distintos expertos, la amplia brecha entre el tipo de cambio oficial mayorista y las cotizaciones del dólar financiero también suman distorsión a la plaza cambiaria. Los pronósticos son de un dólar en alza. Los expertos que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas vaticinan que la divisa valdrá a fin de año 86,4 pesos por unidad en el tramo mayorista.

«El mercado estima que tenemos que ir a un dólar oficial de equilibrio mucho más elevado. Mientras esto no suceda, veremos incrementar las brechas en el dólar bolsa y blue», observa el economista Salvador Di Stefano.

Y pese a que Argentina está a un paso de reestructurar su deuda con los acreedores privados, la llegada de nueva financiación externa no se vislumbra en lo inmediato y, además, los problemas climáticos podrían complicar la presente campaña agrícola y, en consecuencia, el ingreso de divisas al país, factores que suman a futuro mayor presión sobre el tipo de cambio.