GARA
BILBO
CRISIS DEL CORONAVIRUS

El foco se sitúa ahora en las residencias y las hospitalizaciones

La expansión constante del coronavirus, que registra «dientes de sierra» como los de estos días, alcanza de nuevo a las residencias y se vuelve a acusar en los hospitales, donde aumenta la cifra de ingresos.

Ni sol ni calor, ni lluvia ni humedad. El covid-19 sigue en proceso de expansión con «dientes de sierra» como los registrados en las últimas 48 horas, pero que dejan datos de contagios y hospitalizaciones que encienden las alarmas. Lakua e Iruñea dieron cuenta ayer de 372 nuevos positivos, once de ellos de no residentes, tras 7.014 pruebas PCR, 310 más que la víspera. Además, Osakidetza se ha puesto en contacto con la Junta de Andalucía después de que varios ciudadanos vascos que asistieron al combate de boxeo entre Kerman Lejarraga y el británico Tyrone Nurse, el pasado día 8, hayan dado positivo.

La evolución al alza que está registrando el virus tiene ya un efecto directo en los hospitales, donde se encuentran ingresadas 223 personas, 24 de ellas en unidades de cuidados intensivos. Y, además, el virus ha vuelto a entrar en las residencias, con saltos como los experimentados ayer en Araba, con doce en la residencia Purísima Concepción de Zuia, y Bizkaia, con nueve en Ballesol de Bilbo.

Esta progresión ha hecho saltar las alarmas de las autoridades, que ahora sitúan el foco en los ingresos hospitalarios y en las residencias, tal y como reconoció ayer la consejera de Salud de Lakua, Nekane Murga, que definió la situación actual como «fase ascendente de una nueva onda epidemiológica»

«La realidad epidemiológica presenta ahora algunos rasgos que nos preocupan especialmente», señaló antes de centrarse en el aumento de la cifra de ingresos «tanto en planta de hospitalización como en las UCI». Quiso luego quitar algo de hierro a lo manifestado al indicar que, «aunque es asumible por el sistema sanitario, debemos evitar que sigan incrementándose». A la vista de la evolución de los datos tampoco pudo esconder la entrada del virus en las residencias, «otro aspecto preocupante».

«Estos indicadores son parte de los que nos muestran una nueva realidad epidemiológica, ante la que es necesario adoptar medidas más estrictas que en el marco de la situación de emergencia sanitaria permitan la contención de la transmisión del virus», aseguró la consejera antes de volver a dirigirse a la ciudadanía para reclamarle «un compromiso individual de todos y cada uno de nosotros».

Se refería así al paquete de medidas restrictivas fijadas en encuentro de ayer del LABI, que prohíbe reuniones de grupos de más de 10 personas en la vía pública y establecimientos hosteleros y gastronómicos-recreativos y fija un aforo del 60% en zonas comunes de hoteles y alojamientos turísticos.

Derivado del cierre de la hostelería a la una de la madrugada, el «mando único» de Urkullu también se ha establecido que el transporte público colectivo finalice media hora después, aunque el servicio de Metro Bilbo, por ejemplo, termina a las 23.00 salvo el fin de semana. Prohíbe, además, entre otras medidas, la ingesta de comida en trayectos que duren menos de dos horas, y fumar en la vía pública sin distancia de seguridad.

El encuentro de personas se verá afectado también en velatorios y entierros, con limitación a treinta personas. En el caso de las bodas, los aforos serán los fijados para ceremonias religiosas y civiles.

Parecidas medidas adoptó el Ejecutivo de Nafarroa, que decidió adaptar su normativa a las nuevas limitaciones acordadas el viernes por el Consejo Interritorial de Salud.

Hosteleros afirman que «no somos delincuentes»

Hosteleros agrupados en la asociación Bilboko Tabernariak advirtieron ayer de que la hostelería y el pequeño comercio «va a morir» si no reciben ayudas y continúan «trabajando al 20%», pero «pagando el 100% de los impuestos». Representantes de unos 60 establecimientos se concentraron ante el Ayuntamiento para exigir al Consistorio que «ceda un poco» y conceda ayudas a hosteleros y pequeño comercio porque, de lo contrario, van a «morir».

La portavoz de Bilboko Tabernariak, Ihintza Torres, denunció que se trata a la hostelería como «delincuentes» y se les considera «culpables» de la expansión del covid-19, cuando «siempre estamos manteniendo las distancias de seguridad para que la gente no se contagie, ni nosotros mismos, que podemos ser los más perjudicados».

Torres, que también criticó la «presión» de la Policía Municipal hacia los bares, cuyos responsables tienen que controlar, «además del aspecto sanitario, a la gente para que mantenga la distancia de seguridad», aseguró que los trabajadores del sector sufren un «estrés que no es normal».

«No sé cómo vamos a poder seguir en esta situación», dijo, para pedir al Ayuntamiento de Bilbo que «ceda un poco y conceda ayudas, porque somos familias que tenemos hijos y trabajamos para vivir. No somos delincuentes». GARA