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París

EL IMPACTO EN EL EMPLEO DEJA UNA ENORME LISTA DE DESPIDOS

La pandemia ha hecho tambalearse a sectores enteros de la economía mundial, como las aerolíneas, la industria del automóvil o la distribución. Tras las cifras de puestos suprimidos hay historias personales pero los números, por sí solos, cantan una triste sinfonía.

Penúltimo ejemplo del impacto del coronavirus sobre el empleo en uno de los sectores más afectados por el descenso de la actividad económica y del consumo en la primera mitad de este 2020: la cadena británica Marks & Spencer anunció el martes la supresión de 7.000 empleos. Los grandes planes sociales que acompañan a los procesos de reestructuración de este tipo solo son la parte emergida de un iceberg que también se lleva por delante a multitud de pequeñas empresas y destruye silenciosamente muchos empleos precarios.

En este texto irán apareciendo algunas pinceladas –en forma de cifras no tan “frías” como se suele comentar– que ayudarán a construir una imagen que se aproxime a la realidad de cómo se está destruyendo empleo a gran escala en muchos puntos del planeta al mismo tiempo.

Turbulencias en la aeronáutica

Dos grandes compañías latinoamericanas, la chileno-brasileña LATAM y la colombiana Avianca, se pusieron en mayo bajo el amparo de la ley concursal estadounidense para evitar la bancarrota. Más pequeñas, las sudafricanas South African Airways y Comair, la británica Flybe o las filiales austriaca y francesa de Level (IAG) se han volatilizado.

Declarado en quiebra, el gigante australiano Virgin Australia ha sido adquirido por una compañía estadounidense.

Otras están pagando el precio de esta crisis con recortes drásticos, como las estadounidenses American Airlines (más de 41.000 empleos suprimidos), United Airlines (hasta 36.000) y Delta Air Lines (10.000), la alemana Lufthansa (22.000), Air Canada (al menos 19.000), las británicas British Airways (12.000), EasyJet (4.500) y Virgin Atlantic (3.150), Air France (7.500), la australiana Qantas (6.000), la escandinava SAS (5.000), la irlandesa Ryanair (3.250), la islandesa Icelandair (2.000) y la belga Brussel Airlines (1.000 puestos de trabajo menos).

Para limitar daños, el Gobierno alemán salió volando en ayuda de Lufthansa y Condor, y los del Estado francés y los Países Bajos hicieron lo propio con la fusionada Air France-KLM. Italia y Portugal han optado por la nacionalización de Alitalia y TAP.

En el lado de los constructores, Boeing cuenta con suprimir al menos 16.000 empleos; Airbus, 15.000; y Bombardier, 2.500. Mientras, los fabricantes de motores General Electric (EEUU) y Rolls-Royce (Gran Bretaña) eliminarán 12.600 y 9.000 puestos de trabajo, respectivamente. Y en los servicios aeroportuarios, el grupo Swissport suprimirá 4.000 empleos solo en Gran Bretaña.

En el anexo sector del turismo, el primer touroperador a nivel mundial, el alemán TUI, prevé destruir 8.000 empleos.

La automoción derrapa

El anuncio de la supresión de 15.000 puestos en Renault y la quiebra de la compañía de alquiler de coches Hertz en Norteamérica son dos datos reveladores del alcance de la crisis en el sector de la automoción.

No se trata de casos aislados, ni mucho menos: el grupo alemán BMW eliminará 6.000 empleos; Nissan cierra una planta en la que trabajan 3.000 personas en Barcelona; en Gran Bretaña se ha anunciado la eliminación de más de 6.000 puestos, especialmente en Jaguar Land Rover, Aston Martin, Bentley y McLaren.

Volvo Group, el fabricante de vehículos pesados sueco, suprimirá 4.100 empleos en todo el mundo. Tampoco se salvan las empresas de equipamiento: la francesa Valeo contempla la destrucción de 12.000 puestos.

Quiebras en la distribución

La pandemia ha resultado fatal para muchas marcas de este sector. En Gran Bretaña, el grupo Intu, propietario de enormes centros comerciales, se declaró en quiebra, así como la cadena de ropa Laura Ashley y el especialista de productos para el hogar Bright House. El grupo de bricolaje y materiales Travis Perkins suprimirá 2.500 empleos, al igual que los grandes almacenes Debenhams.

En el Estado francés, muchas marcas de ropa y calzado (La Halle, André y Naf Naf, Orchestra-Prémaman...) han pasado por el concurso de acreedores en los juzgados antes de ser adquiridos por otras empresas a costa de la reducción de personal. En Alemania, los grandes almacenes Karstadt Kaufhof van a eliminar 6.000 empleos. En Estados Unidos, Stage Stores y las cadenas de ropa J.C. Penney y JCrew han quebrado.

Lo mismo ha ocurrido en el ámbito de la restauración con la cadena alemana Vapiano, mientras que la británica The Restaurant Group cierra 125 establecimientos (3.000 empleos) y Pizza Express, 67 (1.100 empleos). Además, hasta 5.000 empleos están amenazados en SSP (comida rápida).

La firma británica de artículos deportivos y clubes de gimnasia DW Sports (1.700 empleos) también se ha declarado en quiebra.

En esta lista interminable, un último detalle significativo: la red social Linkedin, orientada al empleo y los negocios, también va a suprimir un millar de puestos.

«desalojo y Limpieza» de los barracones PARA trabajadores EN SINGAPUR

Tras una campaña de «desalojo y limpieza», Singapur declaró ayer «libre de covid-19» todos los barracones de trabajadores inmigrantes no cualificados, donde se concentran más del 90% de los casos registrados desde el inicio de la pandemia.

En un principio, esta ciudad-estado del Sudeste Asiático, donde viven más de 5,6 millones de habitantes, fue considerada como un ejemplo a seguir ya que fue uno de los primeros países en detectar la enfermedad fuera de China y actuó con rapidez para contenerla, manteniendo un nivel muy bajo de contagios.

Pero la situación cambió en cuanto el coronavirus llegó a las zonas en las que residen quienes están excluidos de los beneficios de una economía todavía boyante y viven en distintos grados de marginación social. Así, a partir de finales de abril el virus comenzó a propagarse rápidamente entre los barracones que se alinean más allá de las modernas y saludables áreas residenciales y comerciales.

Cerca de 400.000 trabajadoras y trabajadores, en su mayoría inmigrantes procedentes del sur de Asia, han completado un periodo de aislamiento o han sido trasladados a otras instalaciones, dependiendo de su estado de salud, tal como explicó en un comunicado el Ministerio de Trabajo.

El Gobierno aprobó hace unos meses un plan para reducir la densidad de estos bloques de viviendas para trabajadores, donde en abril se registró un fuerte rebrote por las insalubres condiciones de los habitáculos, donde llegaban a compartir habitación hasta 24 personas. Para ello, habilitaron escuelas y almacenes, y proyectaron la construcción de nuevos emplazamientos temporales y permanentes, a donde trasladaron a decenas de miles de trabajadores, en su mayoría empleados en el sector de la construcción.

Las autoridades locales también establecieron una serie de medidas de distancia social y controles para evitar una nueva oleada de contagios. «A medida que se recopilan datos de manera más rápida, podremos evaluar mejor el impacto de las medidas de distanciamiento, lo que nos permitirá a su vez conocer mejor los patrones de la propagación del virus y revisar la necesidad de cuarentenas cuando se detecte un caso», indicó el Ministerio.

Grupos que velan por los derechos de los trabajadores inmigrantes aplaudieron las medidas impulsadas por las autoridades para evitar los contagios entre este colectivo, pero criticaron los excesivos controles, porque pueden privarles de libertad de movimiento y otros derechos.GARA