Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Rizar el rizo

En EEUU la vida de los pobres y de los afroamericanos no vale nada. La policía y los supremacistas blancos les pueden tirotear y matar y no pasa nada y, si pasa, será tan poco, que las consecuencias no preocupan. En Libia, existe un mercado de seres humanos, esclavos del siglo XXI, utilizados como mano de obra barata para la economía de la UE y, mientras, el racismo, de la mano de los populismos fascistas, avanza sin vergüenza en el confuso pensamiento de estos tiempos. Por eso suena a insulto que medios e intelectuales franceses que nunca se han preocupado de denunciar esta barbarie, salgan a ensalzar, como un avance antirracista, la decisión del biznieto de Agatha Christie de suprimir del título y del texto de una obra de su bisabuela las palabras negro y negritos. Es un gesto inútil porque la novela en cuestión, titulada “Diez negritos” y publicada en 1939, tiene como hilo conductor del misterio una canción infantil inglesa cuya contenido es racista en sí mismo. En cuanto a la autora, no creo que eso le inquietase. Como se refleja en sus libros y en su vida, Agatha Christie fue una hija, sobre todo, de su clase, una mujer burguesa, conservadora a la que le preocupaba mucho «la preservación del sistema social». Cambiar “Diez negritos” por “Eran Diez”, responde al eterno hacer del sistema, rizar el rizo del engaño, cambiar para que todo siga igual.