V.E.
FALLING

La familia como caída en picado

Para su debut en la dirección, Viggo Mortensen decide encargarse también de la escritura del guion, de la composición de la música, de la producción y, ya puestos, de la interpretación de un hijo cuya vida está completamente marcada por su monstruoso padre. Un desdoblamiento de funciones que, como se insinúa ya desde el principio, a lo mejor supone un reto inabarcable para alguien tan verde en algunas de las labores –fundamentales– con las que ahora carga.

En cualquier caso, se impone la auténtica vocación de Mortensen: las virtudes de la película se reducen a un conjunto de interpretaciones que sí están a la altura. En especial la del personaje central en esta descomposición familiar: un padre tiránico en el invierno de su vida, enérgicamente interpretado por un Lance Henriksen recuperado para la causa, y que a ratos rinde a un nivel indudablemente magistral. Tanto él como el resto de activos delante de la cámara intentan dar lustre un conjunto que, desgraciadamente, está por debajo de su talento.