Irati Jimenez
Escritora
JOPUNTUA

Frente al pelotón de fusilamiento

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía habría recordar aquella tarde remota en que su padre le llevó a conocer el hielo». Es tan bueno el comienzo de “Cien años de soledad” que hace poco me di cuenta de que había pasado por alto uno de sus grandes poderes. Siempre había pensado que, además de la impresionante musicalidad, su gran acierto consistía en generar suspense sobre tres tiempos distintos: un presente desconocido, un futuro fatídico y un pasado mítico. De lo que no me había dado cuenta es del poder de esa imagen: la de un hombre mayor a punto de morir que recuerda haber sido niño y evoca un último recuerdo de su padre, como hacía con su madre el personaje de Orson Welles en Ciudadano Kane al pronunciar el nombre del trineo con el que jugaban de niños o como hacía Antonio Machado en su último poema. Solo dos versos que sus compañeros de exilio encontraron entre su ropa: «Estos días azules» decían, «este sol de la infancia».

No pensaba que fuera posible pero ahora me gusta más la novela inmensa de García Márquez. Quizá porque algún día estaremos frente al pelotón de fusilamiento. No seríamos ni los últimos ni los primeros. La historia del mundo y no digamos la de España es también la historia de sus paredones, siempre tan llenos de muertos. Hasta que no consigamos una república noble, los súbditos de la Corona de España no deberíamos olvidar su historial de violencia, la frecuencia de sus noches oscuras y ese amor encarnizado por la sangre del que jamás ha renegado y que llevó al fascismo a desear vida a la muerte y muerte a la inteligencia. Si esa promesa satánica hubiera perdido su influjo, España sería muy diferente y yo podría dejar un ramo de flores en una humilde sepultura de Fuente Vaqueros, en la que descansaría un hombre bueno y un príncipe de la poesía.

Nunca sabremos de qué se acordó Federico en aquel fogonazo final. Tampoco de lo que nos acordaremos nosotros. De las tardes remotas, quizá. De los días azules tal vez.