Agustín GOIKOETXEA
BILBO

El goteo de traslados se concreta en solo once presos en cárceles vascas

Solo 11 de los 58 presos vascos trasladados desde junio de 2018 por el Gobierno español están en cárceles vascas. Esa realidad llevó ayer a Etxerat a interpelar de nuevo al Ejecutivo de Pedro Sánchez. «¿Por qué les trasladan a Daroca o Dueñas? ¿Por qué no a Zaballa?», preguntó Urtzi Errazkin, portavoz de la asociación.

Semana tras semana, se suceden anuncios de traslados de presas y presos vascos. De los 222 integrantes de EPPK –31 de ellos en el Estado francés– tan solo 11 están en cárceles de Euskal Herria; a ellos hay que añadir a Igor González Sola, que falleció el 4 de setiembre en Martutene. «Pese a lo anunciado, pese a los traslados producidos, nuestros familiares siguen alejados y nosotros y nosotras seguimos sufriendo las consecuencias del alejamiento», denuncia Etxerat.

La asociación de familiares y allegados desveló que, de los 63 traslados efectuados, realmente han supuesto el acercamiento de 58 personas, ya que algunos presos han tenido dos movimientos, como es el caso de Fernando Alonso, Oier Goitia, Unai Fano, Kepa Arronategi y Xabier Atristrain. A fecha de hoy, 15 de los cambios de destino anunciados aún no se han producido. Además, señaló que diez de las personas acercadas quedaron poco después en libertad.

Respecto al Estado francés, entre febrero de 2018 y octubre de 2019 se produjeron 27 acercamientos a las prisiones de Lannemezan y Mont de Marsan. De ellos, seis fueron liberados poco después y otros seis entregados a las autoridades españolas.

Urtzi Errazkin, portavoz de Etxerat, lamentó que cada fin de semana más de la mitad de los familiares tienen que hacer una media de entre 1.200 y 2.000 kilómetros para estar 40 minutos con sus seres queridos. «Más de la mitad de las presas y presos están a más de 600 kilómetros de sus hogares», advirtió.

«Con ese goteo de traslados no se ha acabado con la realidad que se repite fin de semana tras fin de semana, donde familiares y amigos tienen que recorrer 1.200 kilómetros. No se puede aguantar más», enfatizó. No se olvidó de citar a las 16 víctimas mortales provocadas por la política de dispersión.

«¿Por qué no traen a nuestros familiares, a todos y todas, a suelo vasco? ¿Por qué les trasladan a Daroca o Dueñas? ¿Por qué a Estremera, a 520 kilómetros de distancia de Euskal Herria? ¿Por qué no a Zaballa?», interpeló a los responsables de la actual política penitenciaria, quejándose de que no obtienen respuesta a pesar de la insistencia en sus emplazamientos.

Cumplir con la legalidad

«¿Por qué se mantiene la imposición, aunque contravenga las recomendaciones de los organismos internacionales y autoridades sanitarias, ante la dramática situación que la epidemia sanitaria está provocando?», añadió. Errazkin incidió en que, lamentablemente, el Estado español continúa sin cumplir su propia legalidad.

Recordó que «se sigue ignorando la voluntad de la mayoría social, sindical y política de este país, y del propio Gobierno Vasco que, en el contexto de la pandemia, ha reclamado que traigan a todos los presos vascos a cárceles vascas».

«No podemos continuar así. Es injustificable mantener por más tiempo la excepcionalidad contra las y los presos vascos y sus familias. Es el obstáculo que dificulta el camino hacia la convivencia y paz definitiva. Como lo es que continúen ralentizando e impidiendo que nuestros familiares presos recorran, tal y como es su voluntad, el camino de la legalidad penitenciaria en una perspectiva de excarcelación», manifestó.

Situación límite la que soportan 18 presos y presas gravemente enfermas y los mayores de 65 años, para los que exigió su excarcelación inmediata, así como la de Xistor Haranburu, Jakes Esnal y Jon Kepa Parot, condenados a perpetuidad.

Sin respuesta del Gobierno español a sus demandas, a Etxerat –comentó Errazkin– no le queda otra salida que continuar trabajando por el acercamiento. «No nos podemos relajar con este goteo de traslados a cárceles cercanas, tenemos que seguir presionando», subrayó.