Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Matar a Pinochet»

Cuando la memoria histórica empieza a fallar

Al igual que ha ocurrido en los tribunales o en el senado chileno a la hora de rendir cuentas con la historia, el cine también llega tarde a su cita con la memoria de la lucha clandestina contra la dictadura. Por increíble que parezca, nadie se había atrevido a llevar a la pantalla el atentado fallido contra Pinochet del 7 de setiembre de 1986, y para verlo registrado hay que acudir a la serie documental “Guerrilleros. La historia tras el fusil” (2015). Al debutante Juan Ignacio Sabatini se le puede agradecer el ser el primero en hacer una película basada en el libro del periodista Juan Cristóbal Peña “Los fusileros” (2007), e incluso las licencias que se toma y las inexactitudes que presenta el apresurado y desmemoriado guion resultan perdonables, pero aún admitiendo todo eso, que es mucho admitir, lo que no se puede pasar por alto es que se trata de un proyecto demasiado ambicioso y comprometido para un principiante.

Sabatini se queda corto en su afán por recrear un hecho puntual tan relevante, y la escasa duración del montaje final no le da para ahondar en las consecuencias políticas del mismo, ni tampoco para indagar en la organización interna del FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), que era el brazo armado del partido comunista chileno que planeó y ejecutó la denominada Operación Siglo XX. El retrato grupal del comando frentista se circunscribe a la pareja formada por Cecilia Magni “Comandante Tamara” (Daniela Ramírez) y Mauricio Hernández Norambuena “Comandante Ramiro” (Cristian Carvajal), quedando el resto de activistas en un muy segundo plano.

“Matar a Pinochet” (2020) funciona mejor como thriller de acción que describe la preparación y desarrollo del ataque armado a la comitiva residencial, pero no acierta a resumir los anhelos ideológicos de la protagonista máxima, prefiriendo diseccionar su procedencia social de una familia de clase alta.