El Ibex pudo mantenerse sobre los 8.100 puntos en una jornada que no tuvo la referencia de Wall Street, cerrado por celebrarse el Día de Acción de Gracias. Las subidas acumuladas este mes dejan el terreno abonado para la toma de beneficios, pero los inversores se mantuvieron cautos ayer a la espera de nuevos acontecimientos en el desarrollo de las vacunas contra el coronavirus y la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Con todo, se impuso una caída del 0,74%, que dejó al Ibex con 8.104,60 puntos. En Europa, los índices de París (-0,08%) y Fráncfort (-0,02%) apenas sintieron el paso por caja, mientras que los de Milán (-0,46%) y Londres (-0,44%) tuvieron un balance algo más negativo.

El día no deparó ninguna novedad relevante en el ámbito macroeconómico. Tan solo se certificaba la debilidad del clima de consumo en Alemania, de acuerdo al índice GFK, que se queda en su proyección para diciembre en -6,7%, peor del -5% esperado y del -3,2% del mes anterior.

En el Ibex, el foco principal era para Repsol, que bajó un 3,48% tras presentar su nuevo plan estratégico de cinco años. La petrolera anunciaba inversiones por valor de 18.000 millones de euros, así como la vuelta al dividendo en efectivo a partir del próximo año. En el apartado de pérdidas, se destacaron los bancos. Entre ellos, el peor era Sabadell (-5,41%), que está siendo examinado con lupa por BBVA (-0,40%), no solo para conocer su complicada situación financiera, sino también de cara a establecer el futuro reparto de sillas en la cúpula y el equipo directivo. Bankinter (-2,71%), Caixabank (-2,14%), Bankinter (con un -1,90%) y Santander (-1,38%) cerraban igualmente en rojo. Los títulos de PharmaMar (+3,82%) y Grifols (+1,76%) sobresalieron entre los ganadores.