Raimundo Fitero
DE REOJO

Acelerado

Es innegable que las actuales responsables de comunicar el tiempo, en la mayoría de las emisoras de radio y televisión, tienen una formación bastante precisa y una capacidad de argumentar y explicar las situaciones que nos dejan a los antiguos hombres y mujeres del tiempo en un recuerdo del estatismo y la reproducción asistida. La realidad es que manejan informaciones más precisas de instituciones estatales y hasta universales, que esos satélites que mandamos a la estratosfera son los que ayudan a que las predicciones se ajusten con bastante concreción a lo que al final sucede. En las carreras de la fórmula 1 los pronósticos son precisos al segundo o al minuto. Algo de uso cotidiano.

Es muy posible que cada invierno recibamos la misma clase o lección, sobre los motivos para que se produzcan bajas temperaturas, las borrascas lleguen cargadas de precipitaciones y todo el encadenamiento de efectos que se van produciendo en las diferentes capas por arriba de nuestras cabezas, pero en distancias inverosímiles de asimilar que puedan afectar a que las temperaturas batan récords en una aldea turolense, marcando menos treinta y un grados. Este año, con este caos en Madrid, el curso es acelerado porque resulta que ayer hacía más frío en la capital del reino de España que en Oslo, por poner un ejemplo, y que esto, digan los que digan los Negacionistas de todas las certidumbres, es fruto del cambio climático en el que andamos inmersos y que están colocándonos en situaciones cada vez más extremas. Los veranos más calurosos y las sequías más excesivas, los inviernos, las nevadas, las precipitaciones torrenciales de agua, la bajada de las temperaturas desorbitadas.

La pandemia se retroalimenta con estas circunstancias excepcionales para demostrar que la inutilidad de algunos políticos es negligencia dolosa.