Aritz INTXUSTA
Entrevista
RAFAEL BENGOA
EXCONSEJERO DE SANIDAD DE LAKUA Y EXASESOR DE BARACK OBAMA

«Nunca pasarán el timón a un independiente»

El exconsejero de Sanidad Rafael Bengoa (nacido en Caracas en 1952) continúa su labor como experto en gestión sanitaria a través de la consultora Si-Health. Barack Obama se fijó en él para que le asesorara en su gran reforma sanitaria.

Usted sostiene que la epidemia ha demostrado la capacidad del sistema sanitario para dar una respuesta rápida, pero que falla el medio plazo. Eso es algo así como decir que falla la cabeza, lo político. ¿Por qué lo dice?

Lo que falla en el medio plazo es una clara inversión en sanidad y en los servicios sociales. Se ha hecho evidente que la poca inversión en los últimos años nos ha costado muy cara. Concretamente, tener una atención primaria debilitada, salud pública empobrecida (poca capacidad de vigilancia, alertas, rastreo...). Una epidemia siempre se controla en la comunidad, en atención primaria y con salud pública.

Más allá de la necesidad de un confinamiento, que usted defiende, ¿qué podemos importar de otros países para que nos ayude en la fase en la que estamos?

Conviene cambiar hacia un confinamiento parecido al de los meses de marzo y abril, pero de «solo» 3 ó 4 semanas. Esto supone cortar la cadena de transmisión, cosa que no se está logrando con la estrategia actual. Los países que han implementado un confinamiento severo o corto –Singapur, Nueva Zelanda, Australia, Vietnam e Israel – han controlado mejor la epidemia y algunos de ellos con una mortalidad muy baja, como, por ejemplo, Japón.

¿Ha faltado valentía e imaginación a la hora de hacer frente a la crisis?

Más que imaginación ha habido prepotencia. Había que mirar a Oriente, porque hay más experiencia histórica en epidemias. No se ha hecho porque en Occidente vamos de suficientes. No me refiero mirar a China, sino a países democráticos como los que te he mencionado.

Si le concedieran, durante 24 horas, el timón para dirigir la lucha contra la pandemia. ¿Qué decisiones tomaría de forma inmediata?

Nunca pasarán el timón a un independiente. Ni en Euskadi ni en el Estado han contado con gente de fuera del sistema, con alguien de «afuera». En cambio, sí hemos asesorado a otros gobiernos.

En todos los partidos políticos se tiende a controlar la información desde dentro, con pensamiento único. Ese comportamiento ha hecho mucho daño en una crisis como esta. No se ha conseguido superar esa «cultura» política, a pesar de la gravedad de la crisis de esta epidemia.

Lo primero que haría sería reforzar los científicos que informan al ámbito político, como se ha hecho en otros países.

¿Qué etapas nos quedan por cubrir y qué dilemas nos van a plantear cada una de ellas?

Lo primero es evitar cualquier evento supercontagiador, como el que ha pasado en estas Navidades. Y lo segundo, comprender que el impacto positivo de la vacunación no va a coincidir con los tiempos de crecimiento exponencial de esta tercera ola. Sabemos ya que el impacto de la vacunación solo se empezará a notar en dos o tres meses, no antes de eso.

Hablemos de las vacunas.

El Gobierno en Euskadi ya ha empezado a acelerar el paso de vacunación y también ha acertado a quién se la da primero. La Atención Primaria debe ser el foco organizativo de la vacunación, pero no necesariamente el único centro donde se realice la vacunación. Mejor ampliar a más lugares, como polideportivos y contratar a médicos y enfermeros jubilados, etc.

El arranque de la vacunación no está siendo exento de polémica.

Lo primero a tener en cuenta es que es correcto que hayan decidido para todo el país vacunar primero a todas las residencias con personas vulnerables, con enfermedades crónicas. Con eso vamos a reducir la mortalidad. Eso es lo primero. Asegurar que a esa gente le llegan las dos dosis. Al haber más y más casos de gente que se ha vacunado y a los que no les correspondía, se está perdiendo confianza en que esto está bien organizado. Eso es grave. Aquí es clave la transparencia. Todo no es culpa de los gobiernos, porque no depende de ellos la disponibilidad de las vacunas. Pero deberían dar el calendario estricto para todos los grupos en Euskadi. En una crisis así, la transparencia es cada vez más importante.

¿Las sucesivas olas y su envergadura hasta qué punto eran previsibles? ¿Nos dejamos llevar por una falsa sensación de seguridad? 

Varios avisamos al principios de diciembre que las navidades iban a ser un evento supercontagiador. Hubo 9.000 muertos en España en noviembre. Con esa mortalidad, que alguien explique cómo es posible que todo el foco se haya puesto en diciembre en salvar la navidades.

Convertir la pandemia en campo de batalla política debilita la necesaria unidad de vencer a una amenaza que es colectiva. ¿Cómo conjugar esto con la necesaria crítica hacia los dirigentes, que ayuda en la toma de decisiones?

En esta pandemia la ciencia está saliendo reforzada, el ámbito político no. Hacer oposición con la pandemia ayuda al virus. En Inglaterra, el partido en la oposición (laboristas) ha acordado una entente con el Partido Conservador en el Gobierno para no usar la pandemia políticamente. Sería positivo lograr lo mismo en Euskadi, porque en el ámbito nacional no va a ocurrir. El tema es demasiado jugoso para hacer oposición.

Dado que la implicación social ha jugado y juega un papel capital, ¿hasta qué punto se ha sido transparente con la ciudadanía durante la pandemia?

Se ha contado con la sociedad civil para el confinamiento y la aplicación de la medidas de salud pública (mascarillas, distanciamiento social…). En ese sentido, la señal desde los gobernantes ha sido considerar a la sociedad civil como un actor activo en la lucha de la pandemia. Como contrapartida, los gobernantes deben considerar a la sociedad civil como adulta y mejorar día a día la trasparencia con los ciudadanos. Cuanta más trasparencia más confianza en lo político habrá. Creo que en estos momentos hay demasiados ciudadanos que están pasando de la fatiga-covid al cabreo-covid. Mucho es por falta de información.

La desinformación, como fenómeno vinculado a las redes sociales y los cambios en cómo la sociedad se alimenta informativamente, ha desempeñado un papel más relevante que el esperado. ¿Existe una estrategia efectiva contra esto?

Los estudios sobre este fenómeno dicen que es necesario seguir contrarrestando las fake news. Ignorar a los que defienden que la tierra es plana, que la homeopatía es útil o que las vacunas son malas es peor. Se debe informar a la sociedad científicamente para que decida. A cualquier terraplanista en Euskadi solo se le puede recomendar que pase por Getaria y que le pregunte a Elcano si es plana o no.

El ritmo de la vacunación apunta a que esta onda la tendremos que aguantar a pelo, al menos, lo que queda de invierno. Hay una vacuna, la de AstraZeneca, que ha tenido un aprobado más bien raspado, por una menor eficacia. La EMA decidirá sobre ella el día 29. ¿Usted es partidario de su empleo debido a la urgencia, habiéndose demostrado que es segura?

Sí, hay que usar también la AstraZeneca. Además, es la más solidaria con los países menos ricos. Ha autorizado el uso de su patente para fabricarla en la India. Y la India ya ha empezado a vacunar gracias a eso.