Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Fellini de los espíritus»

Las improbabilidades de lo real en el universo Fellini

Abordar la figura de un genio como Fellini resulta una tarea condenada al fracaso, no solo por los múltiples reflejos de una personalidad tan compleja y fascinante, cuya suma de inquietudes se resumió –en su última etapa creativa– en un abracadabrante universo propio y críptico. Por ello, la opción elegida por Selma Dell’Olio para abordar la figura del eterno niño soñador de Rimini resulta tan válida como cualquiera si se tiene en cuenta que, para Fellini, lo real siempre fueron sus mares de plástico o los cielos pintados sobre tela.

En este interesante documental, su autora nos invita a cruzar parcialmente el espejo del autor de “La Dolce Vita” para ser partícipes de lo que para Fellini suponía lo que él denominaba como “misterio”, o lo que es lo mismo: lo invisible, lo que se oculta silente... la niebla tupida de “Amarcord”, el último viaje de Poe en coche de “Toby Dammit”, los encuentros de Giulietta Massina en “Giulietta de los espíritus” o la Roma disfrazada de guiñol lascivo y apostólico que asomó en el baile de máscaras de “Satyricon” y “Roma”. El coqueteo de Fellini con lo improbable y lo paranormal, dota de una visión interesante dedicada a un creador único que supo abordar los sueños desde una posición muy enriquecedora porque, lejos de querer buscar su sentido, lo que intentó fue aportar una visión propia y laberíntica en el que los sueños se aproximan a la muerte o viceversa. La cuidada elección de las imágenes de archivo, la afortunada inclusión de imágenes animadas y un tempo narrativo que no decae en momento alguno, permiten al espectador no perderse en el laberinto que fue el propio Fellini. Por todo ello, “Fellini de los espíritus” se aleja de los arquetípicos documentales que agotan con su sucesión de datos fríos y testimonios que nos recuerdan lo grande que fue el retratado, y se revela como un juego enraizado en el propio imaginario felliniano.