Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Dating Amber»

Cómo eludir el qué dirán

La opción de unos fotogramas que logran su cometido de dibujar una sonrisa cómplice en el espectador, pueden paliar un poco la grisura de unos tiempos tan monocromáticos como los que estamos padeciendo. Si a ello se le suma la saludable irreverencia que destila “Dating Amber”, el resultado no puede ser más óptimo. Tras la cámara, David Freyne logra su propósito mediante un relato LGTBI colorista y luminoso que subvierte las prototípicas comedias “teen” que, en la mayoría de las ocasiones, llegan desde Hollywood. En este punto radica una de sus principales virtudes, ya que la trama no transcurre en un soleado instituto estadounidense, sino en una localidad irlandesa brumosa y vigilada muy de cerca por los castrantes designios de la Iglesia Católica de los años 80. En este espacio que a ratos puede resultar inquietante, topamos con la opción de dos chavales que quieren subvertir lo preestablecido jugando con los roles “permitidos”. Es decir, tanto ella como él lo que en realidad desean es mantener relaciones con personas de su mismo sexo pero, para evitar comentarios o acciones contrarias a ellos, fingirán mantener una relación. Con estos mimbres, la película aporta un buen puñado de secuencias muy divertidas que en momento alguno eluden el drama que se oculta en semejante situación artificiosa.

Freyne dosifica con acierto lo emocional y lo divertido dentro de un contexto opresivo y que nos descubre la trastienda homofóbica que emana de la sociedad y del sistema educativo de la época, dictado por uniformes y hábitos. Otro elemento a tener en cuenta es la química que se establece entre la pareja protagonista, muy bien interpretada por Lola Petticrew y Fionn O’Shea, cuya complicidad se traduce en emoción, sensibilidad y diversión, dentro de un conjunto que si bien recurre en ocasiones a diferentes clichés del género de comedias románticas de adoelsncentes, es bastante equilibrado.