Iñaki IRIONDO
GASTEIZ

Gogora nunca consultó a la Comisión Ética sobre sus contratos con Montai

A pesar de lo que se dio a entender en enero de 2020, la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, nunca hizo una consulta a la Comisión de Ética Pública sobre la treintena de contratos encargados a la empresa Montai, propiedad del destacado militante del PNV de Gipuzkoa Aitor Elorza. Ha sido la propia Comisión de Ética Pública la que ha comunicado al Parlamento que tiene archivado un escrito pero que ni siquiera lo ha analizado.

A finales de 2019 el Instituto de la Memoria Gogora, dirigido por Aintzane Ezenarro, se vio envuelto en un revuelo mediático por una treintena de contratos, que suman unos 700.000 euros con la empresa Montai para la instalación de la exposición itinerante de la “Plaza de la Memoria”. La mayoría fueron contrataciones «directas» con esta firma que pertenece a Aitor Elorza, destacado militante del PNV de Gipuzkoa.

Tras el Consejo de Gobierno del 7 de enero de 2020, el entonces portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, afirmó que Gogora había hecho un primer repaso de esos contratos, sin ver nada ilegal en ellos, y que también lo había puesto en manos de la Oficina de Control Económico.

Josu Erkoreka afirmó ese mismo día que «tengo entendido que esta misma mañana se ha remitido un escrito al registro de la Comisión Ética haciendo alguna consulta sobre cuyo contenido y alcance no puedo dar información porque, lógicamente, me encontraba en el Consejo de Gobierno».

Esto dio lugar a que se extendiera entre los medios la idea de que la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, había elevado una consulta a la Comisión de Ética Pública sobre estos contratos. De hecho, periódicos muy cercanos en su línea editorial al Gobierno de Urkullu no dudaron en titular con un «Consultas sobre las contrataciones de Gogora», a lo que se añadía que «El Instituto de la Memoria pide a la Comisión Ética que analice 28 adjudicaciones al grupo Montai».

Casualidad reveladora

La cuestión quedó más o menos ahí hasta que una casualidad ha traído nuevas revelaciones. Aproximadamente un año más tarde, el parlamentario de EH Bildu Josu Estarrona preguntó por los casos tratados por la Comisión de Ética en 2020 y se le respondió que habían sido únicamente dos por otras causas. Estarrona volvió a pedir información apuntando que, además de esas dos, «conocemos, porque así se lo confirmó a nuestro grupo la directora de Gogora y se recogió en los medios, que en enero de 2020 Aintzane Ezenarro remitió a la Comisión de Ética una consulta sobre los casi treinta contratos suscritos entre el Instituto de la Memoria y el grupo Montai para el montaje de la exposición Plaza de la Memoria».

La respuesta de la Comisión de Ética Pública al Parlamento ha sido que «respecto a la cuestión a la que usted alude, efectivamente, en enero de 2020, la Comisión de Ética Pública recibió una comunicación del alto cargo que menciona en su iniciativa, en la que no consta consulta alguna».

A lo que añade textualmente que «según la interpretación de la Comisión, el escrito remitido por el cargo público al que usted alude no se constituía ni en consulta ni en queja o denuncia, sino en una información que se remitía por si, en el futuro, el contenido de la misma podía tener enjundia suficiente como para que actuara la Comisión».

Así que mientras siguiendo lo dicho por el Gobierno los medios y la ciudadanía entendían que la Comisión Ética estaba analizando los contratos de Gogora con Montai, en realidad la documentación está guardada en un cajón para un por si acaso.