Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
CRISIS DEL CORONAVIRUS

La mayoría de los hospitalizados en Osakidetza tiene menos de 60 años

Por primera vez desde que se aportan cifras al respecto, y probablemente en toda la pandemia, la semana pasada las personas de más de 60 años no representaron la mayoría de los nuevos ingresos en Osakidetza. Es un dato que sirve para corroborar el positivo impacto de las vacunas, que según el Ispln habrían prevenido 150 muertes en Nafarroa.

A medida que avanza la campaña de vacunación, sus efectos en la incidencia del covid y en las consecuencias de esta enfermedad están dejando noticias casi a diario, y todas ellas alentadoras, pues certifican sobre el terreno el impacto real de las vacunas.

Así ocurre, por ejemplo, con uno de los datos del último informe semanal de Osakidetza, donde se aprecia que por primera vez desde que se aportan cifras al respecto las personas que tienen más de 60 años de edad ya no representan la mayoría de los nuevos ingresos. O enunciándolo de otro modo, la mayoría de las personas hospitalizadas por coronavirus la semana pasada tenía menos de 60 años.

Este dato, lógicamente, no es indicativo de que el virus haya empezado a las golpear con mayor virulencia a las personas más jóvenes, sino que muestra el resultado del proceso de vacunación en las franjas de edad donde más se ha avanzado.

La evolución, en este sentido, es evidente, pues hace cuatro meses, en la segunda semana de enero, casi tres de cada cuatro pacientes –el 74,3%– que ingresaban en los hospitales de Osakidetza por covid-19 era mayor de 60 años. En aquel momento la campaña de vacunación acababa de comenzar y no había tenido tiempo de hacerse notar, pero según han transcurrido las semanas el porcentaje ha ido reduciéndose hasta quedar en el 49,5% de este último boletín.

A partir de 85 años, un 7,6%

Aunque el cambio a mejor es llamativo en todo ese colectivo, la caída del porcentaje de ingresos es espectacular entre quienes tienen 85 años o más. En la segunda semana de enero, el 22,8% de las personas que eran hospitalizadas por covid estaba en ese grupo, mientras que la semana pasada, entre el 3 y el 9 de mayo, solo suponían el 7,6%.

Es exactamente un tercio del porcentaje que representaban hace cuatro meses, y esa bajada se debe al hecho de que la vacunación, una vez inmunizados aquellos que residen o trabajan en centros para mayores, empezó entre las personas de mayor edad, de 100 años hacia abajo.

Por ese mismo motivo, la caída no es tan acusada entre los de 60-84 años, pues muchos de quienes integran esa franja aún no han completado el ciclo de vacunación, y algunos ni siquiera han recibido la primera dosis.

A pesar de ello, también en ese grupo se nota el impacto de las vacunas, pues han pasado de representar por sí solos la mayoría de las hospitalizaciones –el 51,5%– a quedarse en un 41,9% en el informe difundido ayer.

Son diez puntos porcentuales menos en cuatro meses, y casi veinticinco menos en el conjunto de los mayores de 60 años, un descenso que cobra mayor valor si tenemos en cuenta que en esas edades hay una probabilidad más alta de acabar ingresado que en el resto de grupos.

Este dato no se aporta en el informe de Osakidetza, pero sí en el boletín semanal del Instituto de Salud Pública y Laboral de Nafarroa (Ispln), donde se indica que la semana pasada el porcentaje de personas que requirieron ser hospitalizadas tras haber contraído el covid-19 fue del 4,6% entre los 35 y 44 años; el 14,9% entre los 55 y 64 años; el 22,4% entre los 65 y 74 años; y el 38,1% entre los de 75 y 84 años.

En el documento se explica también que en estas últimas semanas el riesgo de hospitalización entre los casos confirmados de coronavirus se ha mantenido estable en los mayores de 85 años –28,8%–, al ser un grupo vacunado en su gran mayoría, pero se ha duplicado en el resto de los grupos de edad adulta como consecuencia de la circulación de la variante británica.

Se han prevenido 150 muertes

Estos datos, que constatan la efectividad de la vacunación en los grupos donde el proceso está muy adelantado, también permiten entrever el escenario que se abrirá cuando en el resto de las franjas de edad el porcentaje de vacunados sea igual de alto.

A este respecto, el Ispln lleva semanas midiendo al detalle cuál ha sido el impacto hasta ahora, y según apunta, en Nafarroa se observa una protección del 43% con una dosis de la vacuna y del 82% con dos dosis para prevenir casos sintomáticos del covid, mientras que la efectividad de la vacunación para prevenir ingresos hospitalarios es del 76% para los vacunados con una dosis y mayor del 96% para los vacunados con las dos dosis.

Y, yendo un paso más allá, se atreve a estimar que desde el comienzo de la vacunación en Nafarroa se han prevenido más de 800 infecciones sintomáticas, más de 400 ingresos hospitalarios y más de 150 defunciones a causa de esta enfermedad.

Solo hace falta hacer la traslación al conjunto de Euskal Herria para calcular las vidas que se han salvado, cuando, además, de momento solo una pequeña parte de la población está inmunizada. Mantener la administración de las vacunas al ritmo más alto posible es la vía, no quizá para acabar aún con la pandemia, un horizonte lejano, pero sí para amortiguar cuanto antes sus efectos más trágicos. Inmunizar a los mayores de 50 años, que suponen el 98,5% de todas las muertes por covid-19, podría suponer un hito en este sentido.

Sin embargo, apenas se ha empezado a inocular la primera dosis en esa franja de 435.000 personas, y queda mucha gente por recibir la segunda entre los mayores de 60, de modo que quedan bastantes semanas para alcanzar ese primer objetivo.

 

La hostelería navarra, aforo completo con medidor de CO2

Los establecimientos de hostelería de Nafarroa podrán abrir los interiores a partir del próximo lunes, 17 de mayo, con un 30% de capacidad y sin límite de aforo en los locales que cuenten con medidores de CO2. Así lo indica el comunicado difundido ayer por la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (ANAPEH) en el que afirma que la presión ejercida por esta y otras entidades ha conseguido «mejorar sustancialmente» las condiciones de apertura de la hostelería.

Según explica esa asociación, en el caso de los establecimientos que cuenten con medidores de CO2 el aforo se verá condicionado por las distancias entre las sillas de diferentes mesas, que se mantienen en dos metros, y entre platos de una misma mesa, que deberá ser de al menos de 70 centímetros, con un máximo de seis comensales por mesa, lo que todavía limitará los aforos de muchos establecimientos.

En la nota de prensa, ANAPEH agradece al Gobierno de Iruñea que haya atendido en parte las reivindicaciones del sector, lo que contribuirá, sostiene, a que «muchas personas hosteleras y trabajadoras puedan recuperar poco a poco una actividad seriamente dañada durante los catorce meses de pandemia».GARA