El Ibex perdió ayer un 1,8%, el mayor descenso desde abril, con lo que encadena cuatro sesiones en rojo y acumula una caída del 1,89% en el conjunto de la semana, el retroceso semanal más acusado desde febrero. El selectivo madrileño se dejó 165,3 puntos en la sesión y cerró por debajo del nivel de los 9.100, con 9.030,6 puntos. Pese a ello, en lo que va de año, todavía avanza un 11,8%.

En Europa, los principales mercados también cerraron con importantes caídas, que fueron del 1,9% en Londres, del 1,46% en París, del 1,78% en Fráncfort y del 1,93% en Milán.

En el Ibex, la sesión estuvo marcada por la denominada “cuádruple hora bruja” del año bursátil (vencimiento de los contratos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y acciones tanto en Europa como en EEUU), que suele generar volatilidad, y por la digestión de los mensajes que trasladó el miércoles la Reserva Federal estadounidense (Fed), que han intranquilizado a los inversores.

Dentro del Ibex, los mayores descensos correspondieron a Acerinox (-10,04%), que pagaba así la decisión de Nippon Steel de reducir su participación en el capital, y a Acciona (-6,89%), que el jueves fijó la horquilla de precios para la salida a bolsa de su filial de renovables. También destacaron los retrocesos de Acciona (-6,89%), de CaixaBank (con -3,86%), Repsol (-3,8%), BBVA (-3,24%), Colonial (-3,11%) y Meliá (-3,01%). Como se observa en esos datos, la evolución de los bancos también pesó en la caída general del índice.

El sector de energías renovables lideró las subidas semanales, tras la noticia de la OPA del fondo sueco EQT sobre Solarpack –compañía vasca especializada en solar fotovoltaica–, con una prima del 45% respecto al precio de la sesión anterior a su conocimiento.