Ramón SOLA
DONOSTIA

Alcaldesas de PNV, PSE y EH Bildu reivindican memorias compartidas

Primeros ediles de PNV, EH Bildu y PSE (cinco alcaldesas y un alcalde) defendieron ayer la importancia de una memoria compartida e inclusiva en las jornadas sobre derechos humanos organizadas por Argituz este fin de semana. Una experiencia local que han impulsado todos ellos, en una labor que admiten que no ha sido nada fácil, y que está muy alejada del afán de imponer un relato único. La empatía adquirida quedó clara en la mesa redonda.

La importancia de una memoria compartida para impulsar la convivencia fue reivindicada ayer por cinco alcaldesas y un alcalde de PNV, PSE y EH Bildu en la jornada celebrada por la asociación Argituz. Lo hicieron desde su propia experiencia en el ámbito local, donde han desarrollado este trabajo de la mano de Argituz. Y ello en un contexto en que no cesan los intentos de imponer el relato sobre una única violencia (como la reciente inauguración del Memorial de Gasteiz) o Eudel acaba de desautorizar una propuesta de Egiari Zor.

Errenteria fue la primera localidad en que se logró una de las memorias compartidas impulsadas por Argituz, que recogen las vulneraciones de derechos de las últimas décadas con reflexiones y testimonios. Fue en el año 2015, con Julen Mendoza como alcalde, y su testigo lo ha cogido ahora Aizpea Otaegi, también de EH Bildu. Otaegi destacó que el trabajo de acercamiento allí comenzó antes incluso de 2011. El ciclo de cine ‘Eraikiz’ marcó otro jalón, con la asistencia de víctimas de las dos partes, en un acto que entonces fue auténticamente disruptivo. Así se llegó al documento de síntesis, la memoria compartida presentada en noviembre de 2015, y a partir de ahí a actos de reconocimiento de víctimas (el concejal del PP Manuel Zamarreño, la víctima del GAL Bixente Perurena, los muertos en la Semana pro-Amnistía…)

Otaegi concluye de ello que es importante «respetar los ritmos, no saltarnos ningún paso. También crear espacios seguros, de confianza. Ver a las personas, con sus vivencias y su marco mental. Y trabajar con discreción, fuera de la presión mediática y también del juego político, blindando el proceso».

Agustin Valdivia, alcalde de Lasarte-Oria por el PSE, comenzó admitiendo a su interlocutora de EH Bildu que «comparto mucho de lo que has dicho». En su localidad se conformaron dos foros: uno de representantes políticos y otro de sociales. «El objetivo era buscar mínimos para avanzar y no retroceder. Es importante ser sinceros y sentirnos cómodos». En su caso la memoria compartida se logró en 2017, recogiendo vulneraciones producidas desde 1956.

Como balance, Valdivia puso en valor la sinceridad en el esfuerzo colectivo y la constatación de «que somos capaces de mantener el compromiso y la forma de trabajar, por encima de los procesos electorales y las disputas lógicas».

La persona y el partido

En esta localidad se siguen trabajando tres ejes –incluido el de la tortura, sobre el que han encargado un informe específico al Instituto Vasco de Criminología–, que darán paso luego a procesos restaurativos para las víctimas. «Casi estamos demasiado saturados por las ganas de trabajar, quizás nos haga falta un poco de tiempo de reflexión, un poso», admitió. Y confesó que la implicación personal en esta tarea crea cierta distancia respecto al partido de cada cual.

Les siguió otra alcaldesa y de una tercera formación: la jelkide Ane Beitia, de Elgoibar. Narró que se inspiraron en el ejemplo de Errenteria para lanzar su trabajo. «Nos encontramos con problemas para que la gente contara su experiencia con nombres y apellidos», recordó, pero se terminó también logrando la memoria inclusiva.

Su misión ahora es profundizar en ella y lograr que «efectivamente sea compartida, y sobre todo por la juventud. Pero insisto en que es muy difícil quitarnos esa txapela que llevamos encima, como en mi caso ser alcaldesa de Elgoibar y ser del PNV. En eso estamos. Con estas memorias se sufre mucho pero también se gana mucho», resumió.

Desde Andoain tomó la palabra también su alcaldesa, Maider Lainez (PSE). Evocó «aquellas primeras reuniones muy complicadas, era muy difícil elegir las palabras para no herir a la otra sensibilidad». Necesitaron «formación« y, sobre todo, «valentía», y aquí destacó especialmente la de la entonces alcaldesa Ana Carrere (de EH Bildu).

Lainez subrayó el factor local, «porque nos permite avanzar más que en otras instituciones mayores. Al fin y al cabo, somos convecinos». Cree que la memoria compartida ha supuesto «un avance fundamental». Y acabó con una confesión personal: «Hacer esto es duro, te remueve cosas por dentro, pero es importante y enriquecedor. Tengo que dar las gracias a todos los que han estado conmigo en la Mesa, de todos he aprendido».

Maria Ubarretxena, alcaldesa de Arrasate (PNV), añadió algunos detalles tras compartir lo aportado por el resto. «Esta es una experiencia muy, muy difícil. En esa Mesa de la Memoria nos hemos enfadado, hemos tenido crisis, pero al final hemos vuelto a la mesa. Ha sido como cuando tienes un hijo: en ese momento es muy duro y dices ‘buff, no voy a tener otro’, pero al tiempo ves que compensa», ha comparado.

El día de presentación, de hecho, recuerda «muchos nervios». Pero el poso es notable, como muestra el acto conjunto con Sandra Carrasco –hija de Isaías, víctima de ETA– y Olatz Etxabe –hija de Iñaki, víctima del BVE–.

Koldobike Olabide, primera edil de Legazpi también por el PNV, cerró el mosaico: «Es el pueblo más pequeño de los que estamos aquí y quizás por eso penséis que ha sido más fácil, pero para mí es al contrario. Te das cuenta de que ha habido mucho sufrimiento, mucho».

En su caso, la memoria compartida verá la luz en setiembre. «Hay gente que nos sigue diciendo ‘para qué removéis esto, dejadlo en paz, pasó y ya está’. No, hay que conocerlo y hay que transmitirlo. No puede ser que haya jóvenes que se enteren ahora de algunas cosas, vayan a casa y pregunten ‘pero ¿esto pasó de verdad en Legazpi? ¿Y por qué no me lo habéis contado?’».

«Es importante respetar los ritmos, no saltarse ningún paso, y trabajar fuera de la presión mediática y del juego político»

AIZPEA OTAEGI

(Errenteria, EH Bildu)

«Hacer esto es duro, te remueve cosas por dentro, pero a la vez es importante y enriquecedor; Andoain es más fuerte ahora y yo he aprendido cosas de todos con quienes he estado en la Mesa»

MAIDER LAINEZ

(Andoain, PSE)

«Hay gente que nos sigue diciendo ‘¿para qué removéis esto? pasó y ya está’; No, no puede ser que los jóvenes se enteren de cosas, vayan a casa y digan ‘pero ¿estó pasó de verdad en Legazpi?’»

KOLDOBIKE OLABIDE

(Legazpi, PNV)