Aunque Hego Euskal Herria vuelve a estar a un nivel económico y de empleo parecido a febrero de 2020, se mantienen los factores de vulnerabilidad que ya se observaban hace 18 meses, como el mayor desempleo femenino, la mayor debilidad en el empleo juvenil o la elevada temporalidad. Son datos de la tercera entrega de EiTB Data.

Indicó que, en términos generales, la crisis del coronavirus, a diferencia de recesiones anteriores, ha estado marcada por una fuerte destrucción de empleo seguida de una rápida mejora. La pérdida de empleo se concentró en los primeros cinco meses de pandemia (de abril a agosto de 2020), y en setiembre comenzó «la recuperación que se mantiene con claridad desde mayo de 2021». El gran impacto negativo en el mercado laboral habría sido mayor sin el ‘colchón’ de los ERTE por fuerza mayor, como destaca este análisis.

Entre marzo y abril de 2020, una de cada cinco personas afiliadas a la Seguridad Social en Nafarroa (21,8%) y en la CAV (20%) estuvieron en ERTE. Estas cifras han ido descendiendo progresivamente y, según los últimos datos disponibles (julio-agosto de 2021), están por debajo del 2% en ambos casos.

Por debajo de este panorama general, la evolución del empleo según las actividades económicas en la CAV y en Nafarroa ha tenido un comportamiento desigual. Algunos sectores han recuperado o superado el nivel precovid. No es de extrañar en sanidad y servicios sociales, educación o Administración Pública, donde no ha habido una pérdida de puestos de trabajo ligada a la pandemia. Pero también ha sucedido en otros como construcción, energía y agua, o actividades profesionales y técnicas. No ha ocurrido lo mismo en el comercio (mayorista, minorista y venta y reparación de vehículos); las actividades deportivas, artísticas y culturales; las actividades financieras-seguros; la hostelería; y el sector primario (agricultura, ganadería, pesca y silvicultura), que siguen por debajo del nivel de empleo de febrero de 2020