El Ibex se quedó ayer solo en su caída, ignorando el buen tono general del resto de índices europeos. Como consecuencia, abandonaba los 8.900 puntos, arrastrado por los bancos y el repunte de los temores a una alta inflación más duradera de lo esperado. Hoy empezará desde los 8.881,40 puntos, tras ceder un 0,61%.

Dentro del Ibex, se destacó el derrumbe en bloque del sector bancario. Sabadell bajó un 7,06%, Caixabank, un 4,31%, Bankinter, un 4,14%, BBVA, un 3,62%, y Santander, un 3,18%. Esta respuesta se debía a una información que adelantaba un estudio del BCE para aumentar los requisitos de capital. Entre los grandes, también lastraron al índice las caídas de Repsol (-1,23%) y Telefónica (-1,25%). En el otro lado, el mejor era Naturgy (+3,99%), a la espera de conocer el desenlace de la opa lanzada por el fondo IFM para poder controlar, al menos, el 17% del capital. Por detrás acabaron Solaria (+3,52%), Indra (+2,96%) y Siemens Gamesa (+2,93%).

Los datos sobre inflación volvían a poner en alerta a los inversores, que temen su actual tendencia alcista y una aceleración en la retirada de los estímulos de los bancos centrales. Este miedo parece justificado después de conocerse que el IPC de setiembre de EEUU, en tasa interanual, subía una décima, hasta el 5,4%. No se completó el peor escenario porque la tasa subyacente, que excluye los componentes más volátiles, no se movió del 4,1%. También Alemania sigue presionada por la inflación, que se mantiene en el 4,1%, su mayor nivel desde 1993.

En las plazas europeas, avances notables en París (+0,75%), Fráncfort (+0,68%), y otro leve en Londres (+0,12%), mientras que Milán (-0,12%) cedía al final.