Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

La abuela coraje

La semana pasada nombrábamos a Jane Fonda como una de las pocas estrellas que se habían posicionado a favor de la huelga general de trabajadores y trabajadoras de Hollywood, y me gustaría pensar que su apoyo ha servido para el acuerdo final que ha evitado tener que llegar a la ruptura definitiva de conversaciones con la patronal. A sus 83 años mantiene vivo el espíritu que en los 60 del siglo pasado le inició como activista de pro, y si entonces protestaba por la Guerra de Vietnam, ahora lo hace contra la ausencia de medidas políticas frente al cambio climático de cara a la cumbre que se va a celebrar en Glasgow entre el 1 y el 12 del próximo mes de noviembre.

Las imágenes de archivo de sus continuos arrestos policiales durante estos últimos años han vuelto a salir, no porque se solidaricen con su causa, sino a raíz del impacto mediático provocado por una entrevista concedida al programa televisivo Espejo Público, en la cual invitaba a un boicot animalista al consumo de pulpo en los restaurantes, debido a que se trata de una criatura sensible e inteligente, tal como demuestran los últimos estudios científicos. Me imagino que su mensaje no habrá gustado en Galiza, ni tampoco entre la hostelería en general, pero nuestra amada Jane Fonda sigue teniendo mucho tirón, más aún entre quienes hemos seguido su carrera desde la adolescencia. Y si nos pide que ayunemos, lo haremos con gusto.