GARA
PERFIL • Gabriel BORIC

Un líder estudiantil para dirigir un país polarizado

Gabriel Boric rogó porque «la esperanza le gane al miedo» antes de votar el domingo cuando este exlíder estudiantil de 35 años pasó a la segunda vuelta con un rival ultraderechista que asegura que su triunfo traerá el caos a Chile.

«Representamos el proceso de cambio y transformación que viene, (pero) con certezas, con la gradualidad que sea necesaria», prometió desde su natal Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes, donde soñó desde pequeño con un modelo de bienestar para su país.

Representante de la coalición Apruebo Dignidad, que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, su mayor reproche a la democracia tras la dictadura de Pinochet es haber continuado con el modelo económico liberal que dejó a una clase media y baja endeudada para pagar educación, salud y pensiones privadas.

Seguidores y detractores lo vieron crecer como dirigente político desde 2011, cuando lideró las protestas estudiantiles por una enseñanza gratuita, en uno de los países con la educación más cara del mundo. «Nuestra generación irrumpe en política el 2011 desprendiéndose un poco de los miedos que habían generado la dictadura y los pactos de la transición», dijo a AFP.

Aludió así a la Concertación, coalición de centro-izquierda que desde 1990 gobernó buena parte de los 31 años de democracia y que hoy yace desintegrada y desprestigiada como reflejo de la crisis de confianza institucional.

En la recta final de la campaña, abandonó su estilo de universitario rebelde por una imagen de alumno ordenado, coherente con el tono moderado y negociador de esta nueva etapa.

Como dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, hace 10 años, cuestionó «el modelo de desarrollo» y la ausencia de derechos sociales, y denunció una educación para privilegiados y no un derecho, y un sistema de salud para ricos y otro para pobres.

Con el estallido social que sacudió Chile en octubre de 2019 Boric jugó un papel protagónico al firmar el acuerdo político para convocar un plebiscito y así cambiar la Constitución heredada de la dictadura. Sus detractores le reprochan su inexperiencia, su alianza con el PC, su falta de título universitario pese a haber terminado la Escuela de Derecho y también sus cambios de postura, por ejemplo respecto a Venezuela, cuyo sistema condenó en campaña aunque en 2013 saludó la llegada de Nicolás Maduro a la Presidencia.

«En nuestro Gobierno el compromiso con la democracia y los derechos humanos será total, sin respaldos de ningún tipo a dictaduras y autocracias, moleste a quien moleste», escribió recientemente en redes sociales.

Soltero y oriundo de la austral Punta Arenas, se crió en una familia afín a los partidos Socialista y Demócrata Cristiano.

«Soy de la Patagonia Austral, donde comienza el mundo, donde se funden todos los cuentos y la imaginación, en ese Estrecho de Magallanes que ha inspirado tantas bonitas novelas», dijo orgulloso este ávido lector.