Mikel INSAUSTI
BLACK PHONE

Derrickson vuelve a sus queridos terrores

Hay médicos que afirman que la película de terror que más sustos y taquicardias provoca es “Sinister” (2012), por lo que no es de extrañar que su autor sienta que posee un don especial para este género, y por eso ha rechazado ofertas millonarias de los grandes estudios de Hollywood, que le ofrecían dirigir la secuela de “Dr. Strange” (2016), pero no quiso repetir la experiencia y ha preferido volver a una producción terrorífica barata de Blumhouse, que es la compañía en la que se siente más a gusto.

Para su celebrado regreso adapta un relato corto de Joe Hill, que es el hijo de Stephen King con el apellido cambiado para no vivir de la fama paterna.

En el cine no había tenido mucha suerte hasta ahora, visto por Alexander Aja en “Horns” (2013) y por Vicenzo Natali con “En la hierba alta” (2019).

Esta vez la cosa cambia y, salvo por tres “jumpscare” típicos para hacer gritar a la audiencia, el resto es una narración inquietante que habla del fin de la infancia y la corrupción de la niñez. Un secuestrador y asesino de menores al que apodan El Captor siembra el pánico en el Denver de los años 70.