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El «Aita Mari» desembarca en el puerto siciliano de Augusta

El buque humanitario “Aita Mari” completó ayer en el puerto siciliano de Augusta el desembarco de los 112 migrantes africanos que rescató a lo largo de la pasada semana en el mar Mediterráneo, al norte de Libia. Otro joven ya había sido evacuado anteriormente.

Migrantes rescatados por el “Aita Mari”, antes de desembarcar.
Migrantes rescatados por el “Aita Mari”, antes de desembarcar. (SMH)

El buque “Aita Mari” arribó ayer por la mañana al puerto siciliano de Augusta, donde llevó a cabo el desembarco de los 112 migrantes que llevaba a bordo tras su rescate en aguas del Meditérraneo central, entre Libia y Europa.

Según informaron los medios del grupo EiTB, que durante esta misión han tenido a bordo al periodista Asier Sánchez, la operación de bajar a tierra fue mucho más ágil de lo que se esperaba.

Primero desembarcaron los menores y las familias, y después todos los demás. A la salida del barco fueron sometidos a una rápida revisión médica y a la prueba del covid.

El “Aita Mari” recibió el miércoles el permiso para desembarcar en el puerto de Augusta, tras varias jornadas de espera. La noticia fue recibida con aplausos dentro del barco. «Una espera innecesaria y un sufrimiento añadido donde la asignación de puerto era ya inexcusable», valoró en una nota la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH).

En el texto agradecían «el apoyo recibido en diversos ámbitos de la sociedad, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales y algunas formaciones políticas que han sido altavoz y contribuido con ello a que finalmente se haya producido la asignación de puerto. ‘Aita Mari’ consigue navegar con el motor de esa solidaridad».

Antes, Izaskun Arriaran, enfermera y presidenta de Salvamento Marítimo Humanitario, había alertado de que a bordo la situación se estaba complicando debido a la tensión, pues para muchos era su octavo día viviendo en un espacio muy reducido y con condiciones difíciles. «Seguimos con mucha tensión desde las siete de la mañana con peleas y malos entendidos entre ellos y hacia nosotros. La tripulación está haciendo un gran trabajo para intentar controlar estas situaciones y mantener la calma pero en ocasiones no resulta nada fácil», apuntó.

El “Aita Mari” partió el pasado 6 de junio de Palma de Mallorca

hacia el Mediterráneo Central. Su primera operación de rescate se produjo el 14 de junio, cuando puso a salvo a 11 migrantes que navegaban en una pequeña barca.

Al día siguiente rescataron a otras 17 personas que «se habían lanzado al agua para evitar ser devueltos por la patrullera Libia a un lugar en guerra». En la barca interceptada por la Guardia Costera libia había 103 personas.

El “Aita Mari” puso rumbo a Lampedusa debido a que una de estas personas necesitaba atención médica por hipotermia y síntomas de ahogamiento. De camino recibieron el aviso de un nuevo barco a la deriva, que finalmente se localizó y pudieron ser rescatadas 40 personas, por lo que el número de migrantes subió hasta 68, entre ellos seis niños de entre 8 meses y 4 años, seis mujeres y un menor de edad.

Finalmente, el día 17 se rescató a otras 45 personas que iban a bordo de un pequeño bote. Durante la noche anterior había sido evacuado por la Guardia Costera italiana el joven que necesitaba atención urgente, por lo que quedaban 112 migrantes en el barco.

Esta ha sido la segunda misión del “Aita Mari” en lo que va de año. El pasado febrero rescató en esa zona a 176 personas en situación de peligro.