Ramón SOLA
DONOSTIA
ACTO FINAL TRAS UNA DÉCADA DE TRABAJO POR LA RESOLUCIÓN

El Foro Social pasa el testigo tras diez años: «Queda camino por recorrer»

Representantes de PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos acudieron ayer al acto final del Foro Social Permanente, que cierra un trabajo ingente de una década con satisfacción por los avances pero indicando que «aún queda camino por recorrer». En el Kursaal se hizo balance pero también se aportaron claves y enseñanzas a futuro.

El acto final del Foro Social tuvo momentos emotivos.
El acto final del Foro Social tuvo momentos emotivos. (Gorka RUBIO | FOKU)

La presencia de representantes de las principales formaciones políticas y sindicatos sobresalió en el acto final de la trayectoria del Foro Social Permanente en Donostia. Se pone el cierre a su labor por la resolución, pero «aún queda camino por recorrer», destacaron Nekane Altzelai y Agus Hernán. Y aunque sin marcar destinatario de este trasvase, la presencia de Joseba Egibar (PNV), Gari Mujika (EH Bildu), Arritxu Marañón (PSE), Arantza González (Elkarrekin Podemos), Mitxel Lakuntza (ELA), Garbiñe Aranburu (LAB), Raúl Arza (UGT), Alfonso Río (CCOO) o Nagore Iturrioz (Steilas) resultó significativa.

Con emoción que casi se desbordó en la intervención de Eneko Calle, los representantes del Foro destacaron que «el recorrido ha sido difícil y laborioso, pero, como todos los actores reconocen, muy fructífero». Hernán y Altzelai fueron explícitos: «Han sido muchos los momentos en que primaban las ganas de tirar la toalla y abandonar. Muchos días en que ciertos debates crispados nos hacían retrotraernos a tiempos pasados».

Lo han superado, explicaron como legado, con «perseverancia» y «creatividad».

Con todo, son conscientes también de que esta no es una estación final: «Queda camino por recorrer. Pese a que se van definiendo los marcos de resolución en los diferentes aspectos, entendemos que para avanzar es necesario terminar con la discriminación que todavía persiste en el trato a las víctimas en su derecho a la verdad, justicia y reparación; es necesario desactivar la aún existente política de excepcionalidad penitenciaria (...); y es necesario también impulsar una memoria inclusiva».

Quisieron dejar también un listado de aprendizajes: la aportación de las víctimas, el papel de la sociedad civil, el acompañamiento de la comunidad internacional, la consolidación de un proceso multilateral, la conexión con el sentir social, la perspectiva de género, la generación de espacios de confianza...

Currin: «Contra pronóstico y contra todo obstáculo»

Todo ello, dijeron, ha confluido para gestar un «proceso de construcción de paz singular». En un mensaje por videoconferencia, profundizó en ello Brian Currin, el abogado sudafricano que inició todo este camino de facilitación allá por 2007, cuando «había una situación de bloqueo que parecía inamovible. La izquierda abertzale buscaba una resolución política y la respuesta de Madrid era que no tenía necesidad ni mandato de cambiar, y abogaba por una solución de seguridad, no negociada».

«Entre 2007 y 2017, este proceso ha sido reconocido de forma internacional como un proceso único, porque desde el atentado de Barajas de 2006 ha sido unilateral», saludó Currin. Y más contundente aún: «Habéis traído paz a Euskal Herria contra todo pronóstico y contra todos los obstáculos. Y eso hay que celebrarlo en el contexto de vuestra historia tan dolorosa. Esta ha sido, además, una victoria del proceso, no de un bando».

Desde un prisma personal, explicó que en aquellos inicios del camino (la fase anterior a Aiete) «me inspiró ver todo lo que teníais por perder. Cuando comencé no todos apoyaban lo que estaba haciendo, pero con el tiempo sí vi que conseguimos trabajar de manera conjunta, incluso con los que al principio se resistían a mi participación en el proceso». Del Foro dijo que «nos cogisteis el relevo y fue un momento crítico. Pero al final resultó vital que el proceso de paz fuera llevado adelante por el pueblo vasco, no por personas de fuera. Y ahí sé que el Foro Social ha hecho una labor estupenda».

Desarme, presos, víctimas... un balance

Antes, la sesión en el Kursaal hizo balance del trabajo realizado, incluida una aportación clave para concluir uno de los objetivos fijados en aquel primer foro de 2013; la de los artesanos de la paz que catalizaron el desarme. Txetx Etxeberri explicó que «nos implicamos de una forma bastante peculiar, pero siendo conscientes desde el principio y sabiendo que quizás algún día seríamos juzgados por esto. Pero no solo era legítimo, sino que estábamos convencidos de que tendría el apoyo de la inmensa totalidad de Iparralde, incluidos los políticos».

«Aquella actitud estatal tenía consecuencias muy peligrosas», evocó, como la potenciación de disidencias o la creación de un sentimiento de humillación que no traería nada bueno». Tras la acción de Luhuso, «todo cambió, se aceleró. El desarme se resolvió en cuatro meses y sin crear odios que sembrasen una tentación de revancha. Sin aquello, hubiéramos perdido mucho tiempo inútilmente». «Pudimos sentar las bases de una nueva convivencia -prosiguió Etxeberri-. El juego de los estados también se modificó, el Gobierno francés dejó de ser una mera copia del de España. Y la sociedad civil pasó a jugar un papel entusiasta; hubo 20.000 personas en Baiona aquel 8 de abril de 2017. El Foro Social nos ayudó muchísimo en este trabajo».

Aquel paso histórico se ligó inmediatamente con el «Orain presoak», tema en el que profundizó el abogado Aitzol Asla, representante del grupo Behatokia, emanado de este Foro Social. Se retrotrajo a 2014, cuando empezó el debate interno de EPPK sobre la vía legal y había 482 presos, casi todos en primer grado, muchos en aislamiento. Valoró los avances desde entonces, aunque remarcando que «sigue habiendo trabas judiciales. Hay un lobby muy ideologizado que sigue teniendo influencia. Y la AN es un sistema endogámico, porque todos los recursos van al mismo lugar. ¡Se habla aún de ‘riesgo de reiteración delictiva’ cuando ETA no existe hace años».

Los seis monográficos de Behatokia han ido poniendo negro sobre blanco esta realidad, y también esta evolución: «El balance es positivo. Por supuesto, los familiares han dejado de sufrir una carga insoportable. Los presos están siguiendo los itinerarios pese a las dificultades ¿Qué queda? Desactivar del todo esa legislación de excepción. Lo único que van a lograr es ralentizar las cosas, pero la realidad se acabará imponiendo».

Y de presos a víctimas, ámbito que repasó Aitzpea Leizaola, doctora en Antropología y miembro de esta comisión del Foro. «Desde el principio sabíamos que las víctimas tenían que tener un papel esencial. Hay que entender que son distintas, plurales. Vimos qué importante era salir de zonas de confort, aunque fueran zonas de confort muy duras en su caso, y compartir, hasta terminar conformando un nuevo espacio de confort».

En este espacio, el Foro ha puesto en contacto experiencias en foros locales, ha realizado una Cartografía Integral del Sufrimiento, ha desarrollado las iniciativas ‘Entzunaz bizikidetza eraiki’ y ‘Ustekabean topo’... A su término se percibe también una realidad nueva, en las que las trincheras de hace una década han dado paso a espacios de reconciliación, con el valor inspirador que aportan sus protagonistas.

Txemi Pérez, que llegó al Foro desde las redes cristianas, detalló el trabajo en materia de memoria, «seguramente el espacio más delicado». «Hemos salido del secuestro de la batalla del relato», se ha generalizado el concepto de que «la memoria debe ser inclusiva» y también gana peso el de que «todos los relatos deben poder expresarse, con una línea roja de que la mirada sea crítica con lo ocurrido, no son aceptables relatos autojustificativos», expuso.

Avisó, eso sí, de que esto «corresponde hacerlo a nuestra generación, no se lo podemos dejar a las venideras». Y una conclusión añadida: «No nos vamos a poner de acuerdo en qué ocurrió, pero sí podemos sentar las bases del futuro común al que queremos ir».

Desde el grupo de trabajo feminista hizo balance la antropóloga y activista Mari Luz Esteban. Lo calificó de «agridulce», citando las aportaciones pero apuntando también que «cuando las feministas nos integramos en estos proyectos mixtos, a menudo quedamos como algo paralelo».

De este grupo han partido iniciativas como ‘Nik sinisten dizut’, englobando diferentes violencias; la ponencia sobre ‘Justizia feminista’ (que resume una posición «contraria al punitivismo y comunitaria»); o un análisis comparativo de casos que sigue en marcha... En resumen, «hemos intentado incluir la perspectiva de género en estas cuestiones, y para eso no basta con traer a las mujeres para que den su testimonio, sino que hay que enfocarlo desde su punto de vista».

El compromiso de Goia

El acto fue abierto por el alcalde de Donostia, Eneko Goia, que admitió la necesidad de seguir trabajando para solucionar la situación de personas presas, exiliadas y deportadas, algo que, incidió, pasa por desactivar las «leyes de excepción».

En el marco de la aportación internacional que siempre ha caracterizado la labor del Foro, la clausura contó también con Gerson Iván Arias Ortiz, que trajo el caso de Colombia sin obviar sus claroscuros actuales. Desde su misión de director para el Diálogo Social de la Comisión de la Verdad, detalló el trabajo llevado a cabo allí, con 15.000 entrevistas y 30.000 testimonios recabados en total: «Una escucha para sanar, en un horizonte de reconciliación, alejado de relatos únicos y basado en el reconocimiento mutuo».