Una masiva manifestación reclamó ayer en Kiev al Gobierno de Ucrania que firme el acuerdo de asociación con la UE al que el presidente, Victor Ianukovich, renunció el pasado jueves. La manifestación reunió a 23.000 personas según la Policía mientras la oposición aseguró que se alcanzó el objetivo de las 100.000.

En cualquier caso fue el más importante en Kiev desde las movilizaciones de hace nueve años que se conocieron como la «revolución naranja».

Los manifestantes acusaron al presidente de haber cedido a la presión de Rusia para no firmar el acuerdo en la cumbre europea que comenzará el jueves. «Ianukovich dimisión», gritaron los manifestantes entre pancartas con lemas como «No somos la URSS, somos la Unión Europea» en una marcha que encabezaron dos banderas gigantes, la de Ucrania y la de la Unión Europea.

Tras la manifestación, algunos grupos se dirigieron a la sede del gobierno cerca de la plaza de la Independencia e intentaron superar el cordón policial que custodiaba el edificio. Algunos lanzaron piedras contra los policías, según un corresponsal de la Agencia France Press.

Varios líderes opositores intentaron entonces calmar a los manifestantes que atacaron a la Policía al grito de «Revolución» antes de ser repelidos por varias cargas. A la vez, otro grupo se concentró delante del edificio de la administración presidencial.

No se produjeron detenciones y los incidentes se limitaron a las entradas de los edificios del gobierno y la presidencia. Otras ciudades ucranianas como Lviv también vivieron manifestaciones similares. Rusia, destino de una cuarta parte de las exportaciones ucranianas había advertido a Kiev de las consecuencias comerciales de un acuerdo con la UE.

Por su parte, Bruselas condicionaba la firma a la solución del caso de la opositora Yulia Timoshenko y ahora considera que la decisión de Ucrania es un error estratégico.

El Gobierno ucraniano anunció este jueves que suspende los preparativos para la firma de un acuerdo comercial con la UE y que retomará el diálogo activo con Rusia para ayudar a su economía.

La decisión se produjo tan solo ocho días antes de la fecha prevista para que el presidente, Viktor Yanukovich, firmara el acuerdo con la UE que supondría un giro hacia Occidente de esta antigua república soviética de 46 millones de habitantes, alejándose de su tradicional aliado.