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El rey de Tailandia llama a la unidad para superar la inestabilidad política

El rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, pidió ayer a sus súbditos que se apoyen mutuamente por el bien del país y abogó por la estabilidad en el discurso de celebración de su cumpleaños realizado durante la tregua acordada a las protestas antigubernamentales.

«Tailandia se ha mantenido pacífica gracias a la unidad de los tailandeses y su amor por el país», aseguró el monarca tailandés, Bhumibol Adulyadej, que ayer cumplió 86 años, en un discurso en el que pidió a los tailandeses que trabajen juntos para asegurar la «estabilidad».

«El pueblo tailandés, llevando a cabo sus obligaciones de forma adecuada, contribuirá a la seguridad, felicidad y prosperidad del país en su totalidad», añadió en una intervención leída con dificultades y voz débil.

El rey fue vitoreado por miles de tailandeses que se agolpaban en las avenidas de Hua Hin, localidad costera situada a unos 200 kilómetros al suroeste de la capital, antes de la recepción, celebrada por primera vez fuera de la capital. El monarca dejó en agosto el hospital Siriraj de Bangkok en el que fue ingresado en 2009 y se trasladó al palacio de verano que tiene en Hua Hin.

Miles de personas, equipadas con camisetas y banderolas amarillas, color ligado al rey, esperaban desde el miércoles por la noche en sus calles para ver pasar la comitiva real de camino al Palacio de Klai Kangwon, donde tuvo lugar la recepción.

El discurso tuvo lugar tras varios días de disturbios en Bangkok entre manifestantes antigubernamentales y la Policía que cesaron el martes por la mañana con una tregua acordada ante el cumpleaños del monarca.

En las cercanías del Monumento para la Democracia en Bangkok, epicentro de las protestas, manifestantes antigubernamentales, aclamaron al soberano y escucharon su escueto discurso con veneración. Las expresiones de emoción y adoración se crisparon cuando apareció en pantalla la primera ministra, Yingluck Shinawatra, y su Gabinete, a los que vituperaron y pitaron, informó Efe.

Las protestas se intensificaron la semana pasada con la toma de varios edificios de la Administración y batallas campales con los agentes de la Policía Metropolitana de Bangkok.

Bhumibol Adulyadej, coronado en 1946, es el noveno soberano de la dinastía Chakri y es reverenciado por gran parte de los tailandeses como si se tratara de un ser casi divino, a la par que es adulado por la prensa del país.

No obstante, a raíz de la inestabilidad política por la que atraviesa el país, en la sociedad se ha abierto el debate a hurtadillas sobre el rol de la monarquía y, sobretodo, la estricta aplicación de la ley de «lesa majestad», que contempla penas de hasta quince años de cárcel para quienes sean declarados culpables de infringirla.