gara, donostia
MUERTE DE NELSON MANDELA

El mundo llora a Madiba y le despedirá en su pueblo natal

Mientras en las calles de Johannesburgo y Soweto los sudafricanos recordaban a Nelson Mandela entre el duelo y la celebración por su legado, su recuerdo concitó ayer los mensajes de reconocimiento de prácticamente todos los líderes mundiales. Muchos de ellos estarán presentes en los funerales de Estado que se celebrarán el próximo 15 de diciembre en su localidad natal, Qunu. El martes tendrá lugar una acto de despedida popular en el FNB Stadium.

El presidente del Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció ayer que el funeral de Estado por Nelson Mandela se celebrará el domingo, 15 de diciembre, en la localidad de Qunu, donde Mandela creció y pidió ser enterrado.

Hasta ese momento el país vive nueve días de luto oficial, en los que las banderas ondean a media asta en todo el territorio nacional.

El ambiente de duelo se mezcla con el de celebración por su legado con que se ha vivido su muerte en escenarios tan dispares como los antiguos guetos de Soweto y Alexandra y los lujosos suburbios de Sandton y Houghton, ambos en Johannesburgo.

Según informó Zuma, los sudafricanos podrán dar la última despedida al que consideran el padre de la patria entre el 11 y el 13 de diciembre, cuando sus restos descansarán en el edificio Union Buildings de Pretoria, sede del Gobierno nacional.

La gran despedida popular será sin embargo el 10 de diciembre, ante las 90.000 localidades del FNB Stadium de Soweto, donde tendrá lugar una misa oficial por Madiba -nombre del clan de Mandela por el que se le conoce cariñosamente en Sudáfrica-. En el mismo FNB Stadium se produjo, el 11 de julio de 2010, la última aparición pública de Mandela, en la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de 2010, cuya final se disputó en ese recinto.

Allí también dio un discurso histórico el 16 de diciembre de 1990 un recién liberado Nelson Mandela, tras pasar 27 años en las cárceles del apartheid y cuatro años antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica.

Además, el presidente Zuma ha declarado el domingo «día nacional de oración y reflexión», y ha llamado a los sudafricanos de todas las confesiones a acudir a sus templos y rezar y reflexionar sobre la vida de Mandela.

Desde que se conoció su muerte el jueves por la noche cientos de personas acudieron para rendir homenaje al héroe nacional en un ambiente de duelo y celebración. Todavía cantaban y bailaban ayer por la mañana delante de la casa de Mandela en Johannesburgo.

Parejas, familias, algunos con flores, continuaban llegando al lugar. Varias mujeres bailaban y cantaban las canciones de la época de la lucha contra el apartheid acompañadas por coros improvisados de jóvenes con ropas amarillas y verdes, los colores del Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela.

«Mandela yo, Mandela yo. Despertad, Madiba quiere sus soldados, no durmáis», cantaban con el puño en alto en lengua pedi, una de las 11 oficiales en Sudáfrica.

«Salvó nuestras almas. No hay nadie ahora para hacer mejor este país, salvo nosotros mismos», afirmaba James Mc Cormack, un hombre blanco, de 45 años, acompañado por su hija.

Mensajes desde todo el mundo

Mandla Mandela, el mayor de sus nietos, agradeció en nombre de su familia los mensajes de apoyo recibidos de los sudafricanos y de todo el mundo. «Sinceramente agradezco el apoyo nacional e internacional que nuestra familia ha recibido durante los largos problemas de salud de Madiba. En la familia, reconocemos que Madiba no solo nos pertenecía a nosotros, sino al mundo entero. Los mensajes que hemos recibido desde la pasada noche nos han conmovido». Líderes de Sudáfrica y del resto del mundo, gobiernos, exjefes de Estado, casa reales, instituciones, ong, así como ciudadanos corrientes, manifestaron de diversa manera su admiración por Mandela.

Héroe panafricano

La presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini Zuma, aseguró que «África está desolada« con la muerte de Nelson Mandela, un «héroe panafricano». Madiba «simboliza el espíritu del panafricanismo y la solidaridad en la lucha de la humanidad contra el apartheid, la opresión y el colonialismo», dijo Dlamini Zuma, una opinión que compartieron todos los gobiernos africanos.

Se prevé una masiva asistencia a los funerales. Entre los mandatarios mundiales que ya han anunciado su presencia está el presidente de EEUU, Barack Obama, que ha ordenado que hasta el próximo día 9 las banderas ondeen a media asta en Estados Unidos en señal de duelo. «Madiba transformó Sudáfrica y nos conmovió. El día que fue liberado entendí lo que un hombre puede conseguir con sus esperanzas dejando a un lado sus miedos», afirmó Obama.

Asimismo, confirmó su presencia la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien afirmó que el ejemplo del expresidente sudafricano «guiará a todos aquellos que luchan por la justicia social y por la paz en el mundo». Todos los Gobiernos de América Latina, coincidieron en destacar el legado de paz e igualdad que deja Mandela, quien tuvo entre sus grandes amigos al líder cubano Fidel Castro. Cuba ha decretado tres jornadas de duelo oficial.

India, primer país que rompió con la Sudáfrica del apartheid, lo comparó con Gandhi y también ha decretado cinco días de luto. Desde el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el presidente chino, Xi Jinping, los presidentes europeos, el Dalai Lama, el papa Francisco hasta las figuras relevantes del mundo del deporte se sumaron al recuerdo de un héroe universal.

«Más que una inspiración» para Palestina

«Es más que una inspiración», se dirigió directamente al fallecido líder sudafricano el considerado el «Mandela palestino», Marwan Barghuti, en prisión hace once años y condenado a cadena perpetua. «Desde mi celda, le digo que nuestra libertad parece posible porque habéis obtenido la vuestra. El apartheid no triunfó en Sudáfrica y no triunfará en Palestina», afirmó Barghuti, uno de los líderes palestinos más respetados. Alabó en Mandela «el combatiente de la libertad, el negociador y el constructor de la paz, el comandante militar, el inspirador de la resistencia popular, el militante infatigable y el hombre de Estado». Tanto la Autoridad Palestina como Hamas rindieron homenaje a «uno de los principales apoyos de la causa palestina». En 1999, en un discurso en Gaza, Mandela animó a los palestinos a no ceder en su lucha. «Nosotros también conocimos días terribles, el sacrificio de camaradas y frustraciones», dijo. GARA

Sudáfrica se prepara para vivir sin el líder que cohesionó la nación

La muerte de Mandela, además del dolor de los sudafricanos por la pérdida del héroe de la lucha antiapartheid suscita la preocupación por las consecuencias sobre la cohesión social del país. Aunque hacía años que no intervenía en la política sudafricana, su figura, incluso en el grave estado en que se encontraba en los últimos meses, suponía un factor de unión en un país aún atravesado por profundas desigualdades y conflictos, incluso dentro de su propio partido, el CNA. El presidente, Jacob Zuma, afirmó que era «la única persona que, más que ninguna otra, llegó a manifestar un sentido de comunidad en la nación».

El politólogo Olmo von Meijenfeldt observa que en algunos sectores de la población, persiste la preocupación sobre lo que pasará tras su muerte, pero insiste en que «hace más de una década que no estaba implicado en nuestra vida democrática y no ha impedido la estabilidad de Sudáfrica» Sus sucesivas hospitalizaciones han ido preparando a la sociedad sudafricana para su desaparición. Frente a los temores a una ruptura social, el premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu rechazó los discursos pesimistas que auguran que la muerte de Madiba vaya a provocar el caos en el país y recordó su papel unificador, que resumía «la bondad colectiva sudafricana». «¿Qué nos va a pasar ahora que nuestro padre ha muerto? ¿Será el desastre día del Juicio Final? Algunos han insinuado que tras su marcha nuestro país va a arder en llamas. El sol saldrá mañana y pasado mañana, y el siguiente día. Puede que no sea tan brillante como ayer, pero la vida seguirá», afirmó Tutu en un acto desde Ciudad del Cabo. Destacó que Mandela «no era un lobo solitario», «no cayó del cielo», sino que aprendió sobre liderazgo mientras crecía en un entorno de lucha política contra el apartheid, luchando físicamente por esta causa». «Durante los últimos 24 años, Madiba nos ha enseñado a unirnos y a creer en nosotros mismos y en los demás. Fue unificador desde el momento que salió de prisión», añadió. «El terrorista que hoy recibe el reconocimiento de todo el mundo sin excepción como icono increíble, como símbolo de reconciliación, perdón y magnanimidad», concluyó. GARA