Belén Matínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

Aussaresses: torturar por Francia

El 4 de diciembre falleció el general retirado Paul Aussaresses. Un día para la denuncia pública de la tortura y el oprobio que significa su impunidad, y para recordar la ignominia de los escuadrones de la muerte comandados por el general que instruyó «las técnicas de la batalla de Argelia» en Fort Braggs.

Aussaresses, condecorado con la «Légion d'honneur y la Médaille de la Résistance», reconoció la práctica de la tortura contra el Viet Minh, la resistencia argelina, la insurgencia de América del Sur...

El general fue condenado en 2004 a 7.500 euros de multa por apología de la tortura. Sus crímenes de guerra (torturas y ejecuciones sumarias) habían prescrito. Ese año le fue retirada la «Légion d'honneur». No obstante, en enero de 2002, cuando aún ostentaba esa distinción, participó en la emisión «60 minutos» de la CBS. Había sido invitado como experto en la materia para opinar sobre la justificación o no de torturas a los talibanes detenidos. En esa tribuna, el general defendió el maltrato como método para prevenir la muerte de inocentes frente al terrorismo.

Aussaresses se jactó de haber ahorcado a Larbi Ben M'Hidi y reconoció su participación en la defenestración de Ali Boumendjel, un abogado comprometido con el FLN. Tal vez, un día sabremos qué sucedió con Maurice Audin, joven matemático comunista y anticolonialista «desaparecido» tras su detención, el 11 de junio de 1957.

Aussaresses justificaba «robar, asesinar, vandalizar y aterrorizar» en el interés de su país. «Tout cela pour la France», decía el asesino. Muchos de estos hechos execrables tuvieron lugar cuando Mitterrand era ministro de Justicia.