Raimundo Fitero
DE REOJO

Barro

Ahora resulta que el complejo de casinos Las Vegas Sand, auspiciados por un magnate bajo todas las sospechas, que iba a asombrar al mundo ya no se va a instalar en Madrid. La noticia de esta renuncia se ha convertido en la prensa del movimiento en un acto de moral, de firmeza, cuando se trata de una muestra más de la inconsistencia política de los asaltadores de presupuestos públicos. Ni casinos ni prostíbulos de lujo ni esos miles de puestos de trabajo ni olimpiadas, solamente basura, huelgas, privatización de la sanidad y un deterioro de imagen imparable. Rajoy y sus secuaces son la más viva simbología de líderes con pie de barro, pero en este caso porque están embarrados en todas las corrupciones, todas las mentiras y algunas cintas de vídeo.

Mientras tanto siguen dando pasos en Catalunya poniendo fecha para la consulta y buscando la pregunta. Este aleteo de la mariposa provoca tornados en Madrid, y la misma prensa, esa fiel infantería, recurre a todas su bajezas intelectuales, a sus delirios unionistas, a su mínima cintura democrática para crear un ambiente pre-bélico. Las tertulias de los hooligans, sus cachorros, y sus camisas pardas, sueltan todas las barbaridades que les proporciona su orgía fascistoide. De momento dan risa, son unos descerebrados agitados, pero cuidado, que están ya con excesos verbales que se corresponden con ideas muy protegidas en los nidos de las salas de banderas de los cuarteles.

Están crispados y han aprovechado esta decisión de los catalanes porque están alimentando el monstruo, se habla de eso como si se tratara de un acto de segregación inminente, cuando se está planteando llana y simplemente, una consulta popular para reconocer el derecho a decidir. Primero esta fase, y si sale que sí, entonces otro proceso y se vota la independencia o se mantiene el estatus actual. Algo sencillo, democráticamente impoluto. Pero ellos lo ven como una agresión salvaje, la desmembración de España, un camino que puede seguir Euskadi, y por eso montan este ruido. Es la muestra de su desesperación. Y lo hacen tan mal, son tan tontos, que no se dan cuenta que aumentan el número de independentistas de manera imparable.