A la vez que en las calles de Kiev comenzaba una gran manifestación para presionar al Gobierno ucraniano a que firme el acuerdo de asociación con la Unión Europea, el comisario europeo de Ampliación, Stefan Feule, escribía en Twitter que los trabajos sobre el citado acuerdo quedaban suspendidos por «falta de compromiso claro» del presidente ucraniano para firmarlo.

La UE hizo saber a Ucrania que la continuación de las negociaciones dependía de «un compromiso claro para la firma pero no hemos tenido ninguna respuesta», añadió. «La brecha aumenta entre las palabras y los actos del presidente y del gobierno», acusó Feule.

El primer ministro ucraniano, Mykola Azarov, respondió a este anuncio que el gobierno del país «tiene la intención de continuar la negociación con la UE sobre el acuerdo de asociación» y no consideró el tweet del comisario como la postura oficial de la Unión.

Poco después, el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, -ardiente defensor del acercamiento de Ucrania a la UE- venía a darle la razón al afirmar que el acuerdo, en su redacción original, seguía sobre la mesa. «La puerta está abierta para que Ucrania firme un acuerdo de asociación y de libre comercio con la UE. Está preparado, en todo momento», señaló.

Manifestación

Entretanto, decenas de miles de personas se concentraron en la plaza de la Independencia de Kiev. Según la oposición fueron entre 200.000 y 300.000 manifestantes los que se congregaron entre las tiendas de campaña y los puestos de comida y bebida gratuitos, bajo un mar de banderas azules y amarillas de Ucrania y la UE. La Policía de Kiev cifró en 20.000 los asistentes a esta protesta, que transcurrió entre mítines políticos y conciertos de pop, de rock o música popular que contribuían a caldear el ambiente.

Una autoproclamada asamblea popular aprobó por aclamación varias resoluciones, entre ellas la de prohibir al presidente Viktor Yanukovich la firma de acuerdos con Rusia para el ingreso de Ucrania en la Unión Aduanera, organización económica liderada por Moscú y que incluye también a Bielorrusia y Kazajistán. También exigieron la liberación de todos los presos políticos, incluida la líder opositora y ex primera ministra Yulia Timoshenko.

En el acto intervinieron los principales dirigentes opositores, y así, el líder del partido UDAR (Golpe), el campeón mundial de boxeo Vitali Klitschko, reiteró la demanda de dimisión del Gobierno encabezado por Nikolai Azarov. «Este Gobierno no debe existir, debe dimitir de inmediato», dijo Klitschko, que subrayó que esta «movilización popular pacífica conseguirá que se celebren elecciones parlamentarias y presidenciales anticipadas».

«Hace una semana cayó Lenin y ello es una señal de la liberación de Ucrania», afirmó a su vez el líder del partido ultraderechista Svoboda (Libertad), Oleg Tiagnibok, que comparó el derribo de la estatua del líder de la revolución bolchevique con la caída del Muro de Berlín.

El líder de Batkivschina (Patria), Arseni Yatseniuk, aseguró que «en estos últimos veinte días Ucrania ha cambiado más en que veinte años».

Por su parte, el gobernante Partido de las Regiones también convocó manifestaciones en la plaza Europea y el parque Marinski. Las primeras estimaciones de las autoridades hablaban de 15.000 simpatizantes del Gobierno reunidos en estas zonas, después de haber movilizado también el sábado a decenas de miles de personas, muchas llegadas de otros puntos del país.