La frenética actividad de estos últimos días, con el Campeonato de Parejas como casi eje único, puede llegar a maquillar las dificultades de las empresas de la LEP.M para vender festivales. De hecho, gracias a este torneo, se han ganado plazas como Donibane Garazi, que se estrenó el año pasado, o Maule, que será la novedad de este 2014, pero sin embargo, un repaso a los datos ofrecidos por el año que acabamos de dejar atrás sirven para hacer una buena radiografía de la nueva situación del circuito de la mano profesional.

En este sentido, que Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo, las dos referencias de cada empresa, hayan sido los dos pelotaris más programados durante el pasado ejercicio no causa demasiada extrañeza; sí, en cambio, que ambos solo hayan disputado 60 partidos, una cifra que no hace demasiado tiempo podría haber supuesto el límite, pero por debajo.

Es más, no hay que ir excesivamente atrás en el calendario para encontrar cifras como la de Titín III en 2001 que, con 120 partidos disputados, uno cada tres días, doblaría a los más programados de este año. Sin acusar el bajón físico por el que ha podido atravesar este año, en 2011 apenas disputó 58.

La situación económica en general, y la de muchos y muchos ayuntamientos en particular, es probablemente el principal causante de esta disminución de actividad, con especial incidencia en estos dos últimos años. Basta con cotejar los números de estos dos pelotaris para hacerse una idea de lo sucedido.

Cada vez menos

La cantidad de partidos de 2012 fue bastante similar. El de Ibero, con 66, jugó algún partido más que el de Goizueta, que se quedó en 59, una cifra incluso inferior a la de este año. Sin embargo, el salto sí que es grande con respecto a 2010, cuando el delantero de Aspe llegó a disputar un total de 94 partidos, 42 de ellos los jugó además en la conocida como campaña estival, que va desde la disputa de la final del Manomanista hasta el comienzo de la jaula, y eso que tuvo que renunciar a algún partido por una pequeña lesión sufrida en Errenteria.

En el caso del de Goizueta, sus datos no sirven como referencia, ya que ese año lo pasó prácticamente en blanco debido a su grave lesión de rodilla.

Además de la cantidad, la calidad de estos partidos también ha sufrido una gran mutación. Los festivales corrientes, de exhibición, ya no sirven para que el pelotazale acuda al frontón, ni siquiera a aquellos de mayor tradición, por lo que la mayoría de programaciones necesitan del aliciente de la competición, ya sea una de las tres oficiales, o de los múltiples torneos estivales que se organizan.

Si desglosamos esos 60 partidos de Aimar Olaizola e Irujo, 26 corresponden a los campeonatos oficiales -18 del Parejas, 3 del Manomanista y 5 del Cuatro y Medio-, mientras que los disputados en los torneos estivales alcanzan otros 13 en el caso de Olaizola II y 14 en el de Irujo. Es decir, ocupan hasta 31 y 32 partidos, más de la mitad disputados por ambos, a los que podrían sumársele otros dos del Bizkaia por parejas en el cinco y medio.