Gloria LATASA
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AZKEN PUNTUA

Velo de nube

Las escasas tormentas que acostumbran a visitarnos en invierno suelen venir de la mano de viento del noroeste. Un viento que trae consigo aire más frío (de latitudes más altas) y más húmedo (por atravesar el mar). Al llegar a tierra ese aire se encuentra con otro muy diferente, más cálido y más seco, al que impulsa hacia arriba tratando de ocupar su lugar.

El empujón suele romper la «tranquilidad» atmosférica previa (estabilidad) y empiezan a aparecer grandes masas nubosas de desarrollo vertical. La más espectacular de todas es el cumulonimbo, la reina de las nubes. Una caja de Pandora de la que pueden escapar gotas de lluvia, bolas de granizo, rayos y truenos o, incluso, otros tipos de nubes de forma más o menos peculiar.

Una de esas nubes regalo de los cumulonimbos (y de los cúmulos, también) puede aparecer flotando sobre la nube principal (envolviendo su «cabeza» y ocultándola en parte) o junto a sus partes más elevadas (siendo a veces «perforada» por las mismas). Siempre, bajo situaciones de inestabilidad importante y con gran una extensión horizontal.

Para ello es necesario que un grupo de grandes cúmulos o cumulonimbos se eleven al unísono y se topen con una extensa capa de aire estable y húmedo. Al empujarlo hacia arriba, le obliga a enfriarse y a condensar su humedad. El resultado es la nueva nube, anexa a la principal, tan estable que puede permanecer en el cielo aún cuando su predecesora haya desaparecido ya.

Se trata de una nube estratiforme (en capa). Una especie de delicado lienzo blanco, liso y semitransparente, capaz de permanecer colgado y abierto de tal modo que recuerda al tutú de una bailarina. Así que no es de extrañar que el nombre por el que es conocida esta nube no sea otro que velum (velo).

Esta nube puede confundirse fácilmente con otra, la pileus (gorro). Ambas son nubes estratiformes y anexas a la principal. Sin embargo, esta última aparece coronando una única corriente ascendente de aire (un cúmulo o un cumulonimbo) que sube como por una invisible chimenea. Su forma es lenticular y es mucho menor su extensión horizontal.