Iñaki TELLERIA
Entrevista
Fernando Gordejo
Delegado de LAB en Antalis de Albiztur

«Con la reforma laboral, cerrar una empresa sale muy barato»

Forma parte del comité de la planta de Antalis de Albiztur, factoría que la multinacional a la que pertenece ha decidido cerrar sin contemplaciones, sin ERE, ni traslados, ni recortes. Todos, los 39 trabajadores, a la calle. El jueves se movilizaron en Madrid y no descartan ir a París, a la sede central.

Antalis Manufacturing -que a su vez pertenece al grupo francés Sequana- es la propietaria de la planta de Albiztur, más conocida como Kanguros y donde se fabricaban bolsas y sobres de papel. El pasado 28 de noviembre, comunicó a los trabajadores que cerraba la factoría guipuzcoana y que se quedaban todos en la calle. Ni plan de viabilidad, ni ERE, ni traslados, ni recortes laborales; no dejó alternativa a sus empleados.

El cierre de la planta, si se consuma, será un nuevo golpe al empleo en la comarca de Tolosaldea y, más en concreto, al sector papelero, al sumarse a los conflictos abiertos en Sam, Sarrió y, más recientemente, en Unipapel.

¿En qué situación se encuentran en este momento?

El pasado día 13 de enero terminó el periodo de consultas sin llegar a un acuerdo, por lo que ahora estamos esperando a recibir las cartas de despido para empezar a gestionar el desempleo. Entretanto, el conflicto sigue su proceso por vía judicial.

Pero... ¿la empresa no planteó alternativas como la reducción de personal, recortes de salario o ampliaciones de jornada?

Nada de nada, lo único que nos comunicó el 28 de noviembre fue que la empresa no seguía adelante. Vino el responsable de Recursos Humanos de Antalis Iberia, que gestiona las plantas del Estado español, y nos dijo que había bajado el mercado, que había pérdidas y que se cerraba. De buenas a primeras.

¿Propuso la dirección alguna oferta económica?

Era su única oferta, darnos dinero por echarnos sin abrir la boca. Nos ofrecieron 45 días por 24 mensualidades, lo que no es una solución para trabajadores con más de 50 años y con 30 y 40 años de antigüedad.

¿Les ofrecieron datos concretos para justificar su decisión?

Las cifras que nos mostraron eran mareantes, ten en cuenta que estamos hablando de una multinacional que factura miles de millones de euros al año y que si por razones empresariales les interesa cerrar una empresa, lo pueden justificar trasvasando datos de unas a otras y ofreciendo una versión macroeconómica que lo explique.

¿No intuían que podía pasar, visto el contexto de crisis general y en el sector del papel, en particular?

Es verdad que habíamos pasado por momentos con menos carga de trabajo y que, en general, la situación era difícil, pero precisamente en noviembre había bastante carga. No se cierra una empresa de la noche a la mañana. Además, siempre hemos estado abiertos a negociar, hemos sido flexibles con los calendarios, de hecho en noviembre renunciamos a festivos por carga de trabajo. Por eso decimos que podíamos haber negociado alternativas.

Es de suponer que la dirección llevaría tiempo barajando la decisión.

Pues no lo tenemos tan claro, pensamos que ha sido una decisión de última hora, bastante precipitada. De hecho, el almacén esta lleno de material listo para salir, está toda la maquinaria y estábamos nosotros produciendo hasta el último momento. Si hubiese sido una decisión muy premeditada, tras mucho tiempo en pérdidas, nos habrían hecho como a los trabajadores de Perot, a los que primero les fuero sacando todo el material de la planta y, después, pusieron guardas jurado en la puerta y cerraron.

Si la empresa no les dado más argumentos ¿qué explicación dan ustedes al cierre?

Lo tenemos muy claro. La multinacional tiene dos empresas que hacen prácticamente el mismo trabajo, una en Bélgica y la otra, la nuestra, en Albiztur. Desde la aprobación de la reforma laboral cerrar una empresa y despedir a los trabajadores en el Estado español resulta muy barato, por lo que los responsables de Antalis lo han tenido muy claro y cierran la nuestra. Les sale mucho más barato.

Entonces ¿son ustedes también víctimas de la reforma laboral del Gobierno español?

Que no te quepa ninguna duda. Si ya antes la situación estaba complicada, con la reforma a los empresarios les han puesto en bandeja despedir, recortar salarios, en definitiva, precarizar las condiciones de trabajo.

¿Les queda alguna alternativa? Se habló de la posibilidad de que asumieran ustedes la dirección de la empresa como cooperativistas.

Es una de las alternativas que barajamos y que se valoró también en una reunión en Lakua con el viceconsejero de Industria. También la empresa nos dijo que si algunos trabajadores estaban dispuestos a coger las riendas de la planta, incluso nos daría facilidades, pero ponía como condición que primero había que confirmar el cierre de la empresa durante el periodo de consultas. Por ahí no podíamos pasar porque, una vez cerrada la factoría, véte tú a reclamarle algo a Antalis.

Entonces ¿no hay solución?

No tiramos la toalla y, de hecho, estamos esperando un estudio que están haciendo entre la Diputación de Gipuzkoa y la agencia de desarrollo Tolosaldea Garatzen para ver si hay posibili- dades reales de viabilidad en forma de cooperativa.

¿Mantienen la esperanza?

Nos tenemos que agarrar a ella porque creemos que la empresa es viable, porque tenemos clientes y tenemos producto que ofrecer.

A la espera de las cartas de despido, de la resolución judicial y del informe institucional, les queda la movilización.

No hay otra, no podemos estar parados y dejar que se salgan con la suya. Tenemos que luchar por lo que es justo y por eso el jueves hemos estado en Madrid -se concentraron en la sede de Antalis Iberia- y si hace falta iremos a París, donde están los dueños de la multinacional.