Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Intercedidos y no deficientes nos quiere el Señor

Así que los tiempos de nuestras mundanas preocupaciones han terminado. En lugar de «intervenidos», gracias al buen hacer de los ministros, hemos sido «intercedidos»

Dice Fernández Díaz, uno de los ministros más interiores de los hasta ahora conocidos, que Santa Teresa «intercede» por España «en estos tiempos recios». O sea, que a la intercesión del apóstol Santiago anunciada por Rajoy, a la intercesión de la Virgen del Rocío desvelada por la ministra de Trabajo, a la intercesión de la Virgen de la Almudena por la unidad de España anunciada por Ana Botella ahora se le une la de la Tere de Jesús. Así que los tiempos de nuestras mundanas preocupaciones han terminado. En lugar de «intervenidos», gracias al buen hacer de los ministros, hemos sido «intercedidos» y no una sino varias veces. A la vista están los resultados. La banca en general y Bankia en particular incrementan sus beneficios, las eléctricas están que se salen y los grandes empresarios no paran de aumentar sus beneficios en medio de un orden social ejemplar. ¿Gracias a una política fiscal regresiva, una reforma laboral leonina y una ley de seguridad pensada para súbditos? De ninguna manera, todo debido al empeño del Santi, la Tere y las dos Maris. Gracias a los brotes verdes merced a la intercesión de los santos, los alemanes van a poder jubilarse a los 63 años y con un incremento en sus pensiones.

También el Papa nos tiene en su pensamiento. Bergoglio, un hombre comprometido. ¡Al fin un Papa cristiano! ¡Un santo padre preocupado por los que sufren! ¿Recordás lo que se comentaba, pibe?

Ha nombrado cardenal al obispo Fernando Sebastián para que le asesore en los asuntos de España. Sí, sí, Fernando el que nada más tomar posesión del arzobispado de Iruñea cargó contra los más de 150 insumisos que poblaban la vieja cárcel; arremetió contra las mujeres que abortaban, la homosexualidad, el laicismo, la izquierda abertzale, la sexualidad sin procreación, para acabar pidiendo el voto a «partidos como la Falange». Sí hombre sí, el que para celebrar el 12 de Octubre, Día de la Raza, se puso el tricornio. Un pastor preocupado por sus ovejas.

En unos pasados retiros espirituales, Bergoglio todavía no Papa le adelantó a Sebastián que le admiraba por sus escritos y que «se sentía alumno suyo» (Bergoglio de Sebastián, sí cóño, el Papa del obispo, eso dice Fernando en una entrevista).

El nuevo cardenal uniéndose a la cadena de intercesiones espirituales ha focalizado su atención hacia los homosexuales y, de manera cariñosa, como lo haría «un buen amigo», para «ayudarles» ha indicado que la homosexualidad es igual que la hipertensión, «una deficiencia» que «se puede recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado».

Aquí me asaltan dudas. Yo padecía de hipertensión, que gracias a los fármacos ha disminuido a un correcto 12,3/7,5 y, sin embargo, he notado un, aunque leve, incremento de pluma en mi gestualización si bien es cierto que me brotan más pelos en cejas y orejas. ¿Depilármelos con pinza ahondarían mi deficiencia? Dígame algo Cardenal, que atenazado por la duda, vivo sin vivir en mí, como la Tere.