Al menos cuatro personas murieron y otras 18 resultaron heridas al estallar ayer un coche bomba, presuntamente conducido por un kamikaze, cerca de un colegio en la ciudad de Hermel, en el noreste de Líbano, según indicaron fuentes oficiales citadas por la televisión estatal libanesa.

Según señaló la agencia nacional de noticias, ANN, la explosión se produjo junto al colegio Al Mabarat (La Caridad), en la entrada de la calle principal de esa ciudad, feudo de Hizbulah. El establecimiento es, además, un orfanato, aunque la dirección del mismo ya ha asegurado que todos los niños están sanos y salvos.

El ministro saliente de Interior, Maruan Charbel, declaró a las televisiones libanesas que las primeras informaciones hacen creer que se trata de un atentado suicida.

También dijo que no se podrá poner fin a esa clase de actos ni «acabar con los terroristas» mientras perdure la crisis en la vecina Siria, aunque sí se puede limitar el número de víctimas.

La televisión Al Manar, de Hizbulah, que transmitió en directo imágenes desde el lugar del atentado, afirmó que el vehículo utilizado fue un todoterreno y que el kamikaze lo hizo estallar cerca de una gasolinera.

La televisión del movimiento chií libanés mostró un gran incendio que se produjo después de la explosión. También se veían equipos de salvamento tratando de rescatar a eventuales víctimas.

En una primera reacción tras el ataque, el primer ministro saliente, Nayib Mikati, condenó el atentado: «Hermel es una vez más blanco de los terroristas. Renovamos nuestro llamamiento a la unidad para proteger nuestro país».