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Moscú y Washington no logran acercar posturas sobre Siria, que se desangra

Rusia y EEUU se mostraron ayer incapaces de tender puentes entre ellos para salvar la brecha que les separa en relación al conflicto sirio. El país árabe sigue aportando los muertos, producidos por diferentes actores armados: ya son 136.227 fallecidos, según un cálculo opositor.

Las diferencias entre las dos potencias, su inmovilismo y los reproches mutuos dominaron la sesión clave de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el denominado «Davos de la Defensa», que congrega a los principales protagonistas de la política exterior y la seguridad. Ni siquiera los múltiples encuentros bilaterales previos -entre ellos un cara a cara entre el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov- sirvieron para desatascar mínimamente el bloqueo general.

Kerry instó a Moscú a que le exija al presidente sirio, Bashar al Assad, que «deje de lado las excusas» y «cumpla con los compromisos y los plazos a los que se comprometió» con el fin de permitir a la comunidad internacional la destrucción de su arsenal químico.

Lavrov ignoró este asunto y en una intervención separada dedicó una especial atención al «gran peligro» que suponen los islamistas que operan entre los rebeldes sirios y aseguró que Siria se ha convertido en un «paraíso para terroristas».

«Nadie sabe qué va a pasar cuando regresen a sus países de origen» los islamistas que «se han formado como terroristas en Siria», argumentó Lavrov, que recordó los atentados de los pasados 29 y 30 de diciembre en la ciudad rusa de Volgogrado.

Con respecto a las negociaciones entre el Gobierno sirio y la oposición, que en su primera ronda concluyeron el viernes en Ginebra y que probablemente se retomen el 10 de febrero, Lavrov apostó por «consolidar» los primeros avances, que tildó de «modestos». Su valoración contrasta con las del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y con la de su representante especial para Siria, Lajdar Brahimi, que aseguró que la comunidad internacional ha «fracasado».

Ese fracaso es lo único que pueden enteneder los propios sirios. Nueve personas murieron ayer en un ataque de fuerzas gubernamentales con barriles explosivos contra dos barrios de Alepo, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Paralelamente, al menos siete personas murieron en un doble atentado con coche bomba llevado a cabo por fuerzas yihadistas del Estado Islámico de Irak y del Levante contra un cuartel rebelde en Alepo. Según la misma fuente, 136.227 personas, de las que 47.998 eran civiles, han muerto desde el inicio del conflicto en Siria.