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Kerry es blanco de críticas por advertir a Israel del riesgo de un boicot mundial

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, verbalizó en Munich el riesgo de que el boicot internacional por la colonización de Cisjordania aumente si Israel no alcanza un acuerdo de paz con la ANP. El núcleo duro del Gobierno israelí denuncia a Kerry por amenazas.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, es objeto de duras diatribas de los altos cargos israelíes, que le acusan de justificar el boicot internacional contra Israel para arrancarles concesiones en las negociaciones en curso con la Autoridad Palestina.

Kerry tiene previsto en las próximas semanas presentar sus propuestas de paz.

«Es desolador constatar que la Administración americana no entiende la realidad de Oriente Próximo y ejerce presiones en la mala dirección», denunció el ministro de Defensa pasiva, Gilad Erdan, cercano a Netanyahu.

Su colega en el Gabinete de Vivienda, Uri Ariel, un colono, acusó a Kerry de no ser «un mediador honesto cuando habla de la amenaza del boicot».

Durante la conferencia sobre seguridad de Munich, Kerry evocó los riesgos de un boicot a Israel si sus esfuerzos para lograr un acuerdo de paz fracasan.

Llamada a Netanyahu

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, calificó de «inmorales e injustificados los intentos de boicotear al Estado de Israel».

Kerry llamó por teléfono el domingo a Netanyahu, mientras el Departamento de Estado de EEUU salió al paso de las críticas. Tras recordar el «intachable» historial de apoyo de Kerry «a la seguridad y el bienestar» de Israel, recordó que «el año pasado, mientras ponía al tanto a los ministros de Exteriores de la UE en una conferencia en Vilna (Lituania) sobre sus esfuerzos de paz, (Kerry) les exhortó a abstenerse de implementar este tipo de medidas».

No faltan quienes, desde el mismo Gabinete israelí, instan a bajar el tono con EEUU.

El ministro de Finanzas, Yair Lapid, jefe del grupo centrista Yesh Atid, señaló que «al poner en guardia contra las amenazas de boicot que se están multiplicando, Kerry no hace sino evocar una realidad».

Y es que el movimiento internacional de boicot a la colonización israelí está ganando en importancia e impacto.

El diario «Haaretz» anuncia una reunión de urgencia del Gobierno israelí esta semana. »Yediot Aharonot», principal cabecera de Israel, publicaba el viernes un recuadro enumerando a una docena de compañías públicas y privadas que han roto sus lazos con sociedades israelíes por su implicación en la colonización de Cisjordania.

El propio Lapid puso cifras a un boicot por parte de la UE: 20.000 millones de shekels (4.200 millones de euros) menos de exportaciones al año, una pérdida anual de 11.000 millones en el PIB y la destrucción de 9.800 empleos.

Un centenar de empresarios israelíes han instado a Netanyahu a firmar un acuerdo de paz con la ANP. Algunas empresas israelíes ha repatriado sus actividades en Cisjordania.

El Gobierno israelí premia con numerosas desgravaciones a las empresas por instalarse en Cisjordania, en el marco de su plan de colonización.

Abbas pide una fuerza militar de la OTAN

El presidente de la ANP, Mahmud Abbas, está dispuesto a aceptar que una fuerza militar liderada por la OTAN y respaldada por EEUU vigile la seguridad en los territorios ocupados tras un acuerdo de paz. En una entrevista publicada ayer por el diario «The New York Times», Abbas revela que la ANP no formaría un Ejército propio, solo un cuerpo de Policía.

Se muestra asimismo dispuesto a aceptar que las fuerzas israelíes se retiren de forma gradual en un período máximo de cinco años, el mismo plazo para la desaparición de las colonias judías. Acepta incluso la posibilidad de ampliar la negociación a lo largo de 2014 si hay perspectivas y mantener congelada su decisión de litigar en las instancias internacionales. Mientras tanto Israel debería congelar la construcción de nuevas colonias.

Sobre la exigencia de Netanyahu de que reconozca a Israel como Estado judío, Abbas recuerda que «ni a Egipto ni a Jordania se le exigió esa condición para hacer la paz» en 1979 y 1994.

Finalmente, reconoce la oposición de la mayoría de los palestinos al actual diálogo. «Quiero resolver el problema. Pero si no logro mis derechos, póngase en mi lugar. ¿Qué debo hacer?», pregunta. GARA