Después del rechazo de Ucrania al acuerdo de asociación con la UE, que encendió las protestas en el país, y de presiones sobre el Gobierno de Kiev, Bruselas estudia ahora una oferta de ayuda económica.

La responsble de la diplomacia europea, Catherine Ashton, viaja hoy a Kiev, y aunque no detalló en qué consistirá la ayuda, fuentes diplomáticas consideran que las cifras «no serán modestas». Para ello, trabaja con Estados Unidos y el FMI. Sin embargo, será difícil que iguale la oferta de Rusia de 15.000 millones de euros en créditos y una reducción del precio del gas del 30%. Moscú dejó esta ayuda en suspenso tras el cese del Gobierno ucraniano bajo la presión de las protestas.

Por otro lado, Rusia apeló a la oposición a «renunciar a las amenazas y ultimátums» e «intensificar el diálogo dentro del marco institucional». El Ministerio ruso de Exteriores criticó que busque «que la situación se deteriore aún más en el país», recordando las convocatorias de protestas ante las sedes de las administraciones regionales, lo que «va contra las declaraciones de su fidelidad a la democracia y a los valores europeos».

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, pidió «diálogo, tranquilidad y una solución política».