Floren Aoiz
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JO PUNTUA

Digerir la realidad para poder transformarla

Hacer frente con éxito al régimen es posible, no fácil, pero sí viable. Cambiar el régimen de la mano del actual PSN, que aguanta en silencio, sumiso y humillado las órdenes de Madrid, es pura fantasía

Legalmente, todavía es posible que Barcina convoque elecciones anticipadas. No sabemos si ha habido, como puede intuirse, un pacto por las alturas (es decir, ignorando al PSN, que nunca han pintado nada) y, de haber algún acuerdo, cuál es su alcance. Pero, incluso con estas dudas, ya tenemos elementos suficientes para hacer una interpretación de la secuencia estallido escándalo Goikoetxea-amenaza del PSN-comisión de investigación-gatillazo del PSN. Y realmente preocupa que haya quien se niegue a ver la sombra de la razón de estado. Difícilmente podremos cambiar la realidad si somos incapaces de comprenderla y preferimos refugiarnos en fantasías.

Fantasías como el PSN fuerte que veía Uxue Barkos hace unas semanas. Como creer que uno de los pilares del régimen va a contribuir a derribarlo. Fantasías como creer que el poder está en el parlamento. Como ignorar la capacidad de agentes fácticos, no elegidos por nadie pero con una notable influencia y capacidad de veto, para condicionar la política. O como ignorar la razón de estado y creer que los partidos toman sus decisiones únicamente de acuerdo a sus intereses electorales más inmediatos.

La burbuja de las fantasías ha estallado otra vez. Y es curioso que les haya estallado en las manos a algunos de los que tragaron el anzuelo en 2007. Es como si aquel agostazo no hubiera servido para nada. Como si no hubieran sido capaces de lanzar una mirada crítica a la política navarra de las últimas décadas. Como si no supieran cómo se hizo aquí la transición, por qué se aupó a Urralburu, por qué se arrinconó a Del Burgo cuando se aferró al sillón poniendo en peligro la operación. Como si nunca hubieran oído hablar de la entrada de la Policía española en la Plaza de Toros de Iruñea un 8 de julio, o de la masacre en Montejurra o del asesinato de Gladys... para ahogar en sangre la combatividad de nuestra sociedad. Es como si no recordaran la oportuna aparición de cuentas ocultas de Otano cuando se formó un gobierno ajeno al eje UPN-PSOE.

No se puede ganar una partida sin conocer las reglas del juego. En nuestro caso, de hecho, solo se puede ganar modificando las tramposas normas que marcan la contienda, pero eso no puede hacerse sin identificarlas y trazar una estrategia para cambiarlas.

Tras las fantasías vienen los amargos despertares, y nuestra sociedad no puede ahogarse en una interminable montaña rusa de expectativas, fantasías y frustraciones. Por eso, en momentos como este, hay que mirar el camino recorrido y otear el horizonte. Solo los retos que se formulan pueden ganarse, por imposibles que parezcan, pero es preciso distinguir un objetivo ambicioso de una fantasía. Hacer frente con éxito al régimen es posible, no fácil, pero sí viable. Cambiar el régimen de la mano del actual PSN, que aguanta en silencio, sumiso y humillado las órdenes de Madrid, es pura fantasía.

No se trata de olvidarse de esa franja social, ni de marginar a nadie en un proyecto de cambio, porque está claro que es preciso conformar mayorías. Pero ¿no es hora ya de pisar tierra y dejarse de fantasías?