Pablo CABEZA BILBO
Empresas y usuarios ante el fin de XP

Un Windows XP sin soporte pone en peligro viral a miles de empresas

Desde el pasado 8 de abril Microsoft ha dejado de dar soporte a su sistema operativo más longevo, Windows XP, que, a pesar de llevar cerca de trece años en el mercado, continúa con una cuota cercana al 30%, frente al 10% del nuevo sistema operativo de la compañía, Windows 8. Las malas cifras de ventas de esta nueva versión más la presión de los fabricantes/ensambladores de ordenadores, han semiacabado con el legendario, y hasta cierto punto obsoleto, XP.

Microsoft ha anunciado en numerosas ocasiones el fin de XP, pero cada fecha propuesta era relegada por las presiones de miles de seguidores del sistema operativo, que no deja de ser el invisible software que permite que un ordenador, con su microprocesador, placa madre, tarjeta de vídeo, memoria ram y otros componentes, el llamado hardware, se comuniquen con el usuario de forma coherente y comprensiva. Es también la base para que miles de programas externos encuentren acomodo y puedan funcionar. La suite Office no podría ejecutarse sin el oportuno sistema operativo que la albergue. El cuerpo (el tronco) es el hardware y el software las extremidades; el cerebro, posiblemente, sea el microprocesador, y el alma lo que conjunta todo.

Tras la salida de Windows 8, lanzado por Microsoft como su sistema más avanzado y puesto al día que los previos (es decir, los anteriores siempre fueron por debajo de la realidad más avanzada, al contrario que Apple), la multinacional pensó que las migraciones serían mayoritarias, ya que su diseño y características se asemejaban a la tendencia visual y de ejecución de las tabletas y teléfonos inteligentes; sin embargo, las previsiones no se cumplieron, quedando su cuota de mercado, un año y medio después de su lanzamiento, en un tímido 10%.

Los grandes ensambladores de ordenadores -HP, Dell, Lenovo, Acer...- lanzaron sus nuevos ordenadores con Windows 8, pero chocaron con la realidad: el usuario no quería 8, sino la versión 7, el sistema operativo de Microsoft con mayor cuota de mercado, más de un 45%. La salida de 8 fue un fracaso, penuria que continúa, ya que su cuota actual no pasa del 6,5%, que se une al 3,5% de la versión 8.1. Un total de un 10% que no es suficiente para crear opinión favorable. De hecho, miles de usuarios de 8 se quejan de la falta del menú inicio y de la drástica ruptura con Windows 7. Dell incluso amenazó con ensamblar ordenadores de nuevo con Windows 7.

Las ventas de ordenadores de sobremesa caen, en especial el tramo dedicado a la empresa (no renuevan). Con todo, el descenso también llega a los hogares, ya que los usuarios domésticos están más entretenidos con su tableta o su móvil que atendiendo a su computadora, que pasa a un segundo plano salvo en el caso de los jugones, un segmento significativo pero pequeño por la variedad de propuestas diferentes bajo el signo de las consolas. Las tabletas también dañan las ventas de sobremesa y portátiles, con lo que las esperadas buenas cifras por renovación de equipos gracias al teórico empujón de un sistema operativo nuevo e innovador, 8, se vienen abajo.

A las empresas que firman ordenadores se les llama ensambladoras porque, en realidad, no fabrican ningún elemento del interior de la carcasa. Compran las diferentes piezas a distintos proveedores, en el caso, por ejemplo, de los microprocesadores a Intel o a AMD. Las marcas singularizan mínimamente parte del software preinstalado y listo para la venta como ordenador genuino.

Consecuencias

Que Microsoft se desentienda de XP o que deje de darle soporte no significa, como habrán comprobado los usuarios, que el ordenador vaya a dejar de funcionar ni ahora ni en el futuro cercano, salvo ausencia de repuestos. No obstante, sí tiene consecuencias graves, en especial para las empresas, ya que la compañía de Redmond no lanzará los parches necesarios para corregir los agujeros del sistema operativo (en realidad errores de programación) que van descubriendo los creadores de virus (malware, gusanos, troyanos...).

Estas posibles nuevas vulnerabilidades podrían ser usadas por un software malicioso e infectar el ordenador. Las empresas se arriesgan a que su red se venga abajo o que sus datos queden comprometidos. En similar situación se encuentran los particulares, aunque los perjuicios sean menores. Si alguien se pregunta si no basta con los programas antivirus, la respuesta es no, ya que estos no tienen capacidad para evitar que los virus se «cuelen» por agujeros del S.O., que necesitan ser parcheados por el creador del código original.

Windows XP ha sido (es) un S.O. popular, en especial porque Vista, su sucesor, fue un gran fracaso, y porque Windows 7 (S.O. muy robusto y siguiente a Vista) exigía prestaciones más elevadas de lo que los usuarios disponían en sus ordenadores.

Ante esta situación cabe esperar soluciones de terceros, pero no parece que sea una opción válida por posibles errores de programación o picaresca.

Lo que sí es cierto, es que gracias a la decisión de Microsoft, HP, Dell y Lenovo han visto aumentadas sus ventas en más de un 10%; lo que indica que ya se ha producido una inmediata renovación de ordenadores.

¿Pasarse a Apple en un mundo moderno?

Para las empresas que trabajan con XP migrar al S.O. de Apple (admirable) puede ser impensable; la base de datos Access, por ejemplo, no existe en Apple. Se puede trabajar bien con Filemaker, pero son miles los programadores que han diseñado bases de datos guiadas por el motor de Access. La importación de datos es compleja cuando no imposible. Además, se perderían los programas escritos por informáticos según las necesidades del cliente. Es posible que sus técnicos o personal de mantenimiento desconozcan por completo cómo funciona el S.O. de Apple, su forma (tan lógica y estable) de trabajar y las posibilidades que ofrece. Pero quedarse en XP también es complicado a corto plazo por los problemas de seguridad que se avecinan. Sin obviar que, por lo general, son máquinas casi obsoletas, incapaces de correr en paralelo con la actualidad y sus nuevas oportunidades: discos duros sin mecánica, USB 3.0... Renovar parte del hardware para poder pasar a Windows 7 (difícil de conseguir) o a 8.1 sería casi imposible. Muchos programas, además, no correrían, y cierto hardware, gran parte, no sería reconocido. P.C.

Del críptico MS-DOS al avanzado Windows 8

Microsoft Corporation es una empresa multinacional fundada el 4 de abril de 1975 por Bill Gates y Paul Allen. Dedicada al sector del software, y en menor medida al hardware, tiene su sede en Redmond, Washington, Estados Unidos. Microsoft desarrolla, fabrica, licencia y produce software y equipos electrónicos, siendo sus productos más usados el sistema operativo Microsoft Windows, la suite Microsoft Office, accesorios, Xbox...

Tras diversas experiencias en software, MS-DOS nació en 1981 al encargársele a Microsoft producir un sistema operativo para la gama de computadores personales IBM PC de IBM. Con esta decisión de IBM a Microsoft le tocaron todos los premios de la lotería de Navidad. MS-DOS pasó a ser el estándar de la industria de la computación a pesar de ser un sistema operativo no basado en una interfaz gráfica, como era el caso de la apuesta de Apple. En MS-DOS había que trabajar con comandos, no existían las carpetas (se hablaba de directorios) y era imposible maquetar un periódico, una revista o manipular una foto. Programas externos como las utilidades Norton ayudaron a superar las barreras del sistema.

Microsoft Windows (conocido como Windows), es el nombre de una familia de sistemas operativos desarrollados y vendidos por Microsoft. Microsoft introdujo un entorno operativo denominado Windows el 25 de noviembre de 1985 como un complemento para MS-DOS en respuesta al creciente interés por la interfaz gráfica de usuario, por comparación con Apple y su sistema operativo, el elegido por un buen número de imprentas, ilustradores y fotógrafos.

Windows 3.0 (1.0 y 2.0 fueron un apaño gráfico chapucero) se lanzó en 1990, fue la primera versión de Microsoft Windows que consiguió un amplio éxito comercial, vendiendo 2 millones de copias en los primeros seis meses. Presentaba mejoras en la interfaz de usuario y en la multitarea. Recibió un buen lavado de cara en Windows 3.1, que se hizo disponible para el público en general el 1 de marzo de 1992. El soporte de Windows 3.1 terminó el 31 de diciembre de 2001.

Después llegarían Windows NT, 95, 98, 2000, Windows Me, que ya incorporaba la funcionalidad del «plug and play», algo así como enchufar y listo o detección en caliente del dispositivo enchufado al ordenador. Vista quiso ser innovador, pero el S.O. resultó de una inestabilidad desesperante. Los pantallazos azules tan propios de Windows y tan escasos en el S.O. de Apple consumieron la paciencia de muchos. Llegó XP, 2003, Vista, 7 y 8.

El resumen de todo esto es que Microsoft solo se lució con Windows 7 y el actual y competente Windows 8.1, todavía por debajo del OS X de Apple. P.C.