Iñaki IRIONDO GASTEIZ
ALTOS COSTES DE LA «Y VASCA»

Madrid dejó de pagar el TAV a Lakua en 2011 y debe ya el 77,35% del gasto

El Gobierno de Lakua dejó en 2011 de recaudar del de Madrid las compensaciones de costes por la construcción del ramal guipuzcoano de la llamada «Y vasca». De los 1.129 millones gastados hasta diciembre de 2013, tan solo ha recuperado 255,6. Sin embargo, el consejero de Hacienda y Finanzas afirma que el pago está reconocido, lo que ocurre es que hay desacuerdos en la aplicación de la Ley de Cupo.

El Gobierno español no ha ingresado todavía al de Lakua 873,3 millones de euros de los 1.129 que lleva gastados ya en las obras de infraestructura para el Tren de Alta Velocidad en su ramal guipuzcoano. Y mientras en otros lugares, como Andalucía, las autoridades públicas están paralizando obras por las enormes dudas sobre su posible finalización y su rentabilidad, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu lo que está pidiendo a Madrid es hacerse cargo de la construcción del conjunto de las obras.

Según la información remitida por el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, al Parlamento de Gasteiz -a petición de la parlamentaria de EH Bildu Leire Pinedo-, el Gobierno español dejó de cumplir con sus obligaciones de pago en el año 2011.

A tenor de los datos ofrecidos y su desglose anual, durante 2008, 2009 y 201o Lakua ingresó del Ejecutivo de Madrid el importe completo de los gastos necesarios para las obras. Sin embargo, en 2011, año en el que Mariano Rajoy llega a La Moncloa, de los 218,4 millones gastados el Gobierno autonómico solo recuperó 32. A partir de ahí, en 2012 no ingresó nada de los 347,7 millones gastados, ni en 2013 de los 339,3 millones.

«Diferencias de flujos»

A estas alturas, Madrid adeuda a Lakua más de las tres cuartas partes del gasto realizado en las obras del tramo guipuzcoano, en concreto un 77,35%. Nada menos que los mencionados 873,3 millones de euros.

Pese a todo, el consejero de Hacienda trata de explicar en su respuesta parlamentaria que no hay ningún problema en esta materia, puesto que el Gobierno español ha aceptado «la totalidad de las certificaciones y gastos incurridos» por la CAV. Añade que, «por tanto, no existe ninguna discrepancia» entre ambas administraciones en el cumplimiento del convenio para construir la «Y vasca».

Sin embargo, el consejero Rikardo Gatzagaetxebarria recuerda que, «como es de público conocimiento, los desacuerdos con el Estado en relación a la aplicación de distintos aspectos de la vigente Ley Quinquenal de Cupo generan diferencias en los flujos financieros entre las administraciones públicas vascas y las del Estado».

Y es por eso que los importes registrados como recaudación son, en la actualidad, de apenas 255,6 millones de los 1.129 gastados hasta 2013.

El PNV acusó de impago

Pese a que de cara a la política interior el Gobierno de Lakua trata de atemperar posiciones, el grupo parlamentario del PNV en el Congreso de los Diputados acusó abiertamente al Ejecutivo español de que Gasteiz «está adelantando y adelantando y adelantando dinero», mientras que Madrid no paga.

Es más, el portavoz jeltzale en esa cámara, Aitor Esteban, reconoció que «es el Gobierno Vasco el que está haciendo en estos momentos el esfuerzo, el esfuerzo financiero, de dedicar esos millones a eso y no a otra cosa porque está convencido de que es una prioridad».

En una interpelación a la ministra de Fomento, realizada el 18 de diciembre pasado, Aitor Esteban se adelantó al argumento ya utilizado de que es Madrid quien paga la obra para espetarle a Ana Pastor un «pues mire, no, por ahora no. Por ahora lo tenemos apuntado. Pregúntele al señor ministro de Hacienda porque igual se lleva una sorpresa y descubre usted que no están pagando». Y añadió que «es una deuda que tarde o temprano -espero que no esté en una barra de hielo- habrá que cobrarla, porque corresponde al Estado, como es su obligación, afrontar esa obra».

El problema reside en que el Gobierno español está recortando su gasto en la «Y vasca» y retrasando las obras, alegando «un problema de recursos presupuestarios». Esto hace que ni esté garantizada la fecha final de sus obras. Tampoco lo están los enlaces con Castilla ni con el Estado francés.

Enorme secretismo

También es preciso señalar que Lakua trata con enorme secretismo todo lo relacionado con el coste de las obras de la llamada «Y vasca», la infraestructura más cara realizada en la CAV.

La parlamentaria de EH Bildu Leire Pinedo tuvo que insistir para obtener la respuesta de cuáles han sido los importes recaudados, ya que en una primera respuesta Hacienda ofreció datos de lo gastado pero no de lo recibido. En ambos casos el Ejecutivo ha pedido que las cifras no se hagan públicas en la web del Parlamento.

La Junta andaluza paraliza las obras del AVE Málaga-Sevilla

El pasado 1o de abril la Junta de Andalucía dio la puntilla al proyecto de crear una línea de alta velocidad directa entre Antequera (Málaga) y Sevilla, un proyecto vendido como la conexión en menos de una hora de la Costa del Sol con la capital hispalense. El Consejo de Gobierno decidió ese día devolver al Banco Europeo de Inversiones el crédito de 180 millones que tenía concedido para el desarrollo de esta obra, que llevaba paralizada desde 2011. Ya se habían ejecutado 77 kilómetros de infraestructura y gastado 280 millones de euros. Ese gasto es una cuarta parte de lo que el Gobierno de Lakua lleva empleado en el tramo guipuzcoano de una «Y vasca» que se desconoce cuándo será acabada y, lo que es más grave, cuándo podrá tener algún tipo de continuidad por alta velocidad hacia el norte y hacia el sur.

Según han informado medios andaluces, en el año 2007 el expresidente de la Junta Manuel Chaves presentó el Plan de Infraestructuras para la Sostenibilidad del Transporte en Andalucía 2007-2013. El objetivo era que para el 2013 el 90% de la población andaluza viviera a menos de una hora de una estación de AVE. Y el primer objetivo de la Junta era unir Sevilla con Granada, a través de Antequera, para posteriormente enlazar con el corredor del Mediterráneo. El tramo Sevilla-Antequera se extendía a lo largo de 129 kilómetros y el presupuesto rondaba los 1.100 millones de euros, que serían costeados por la Junta de Andalucía. El tramo hasta Granada lo ejecuta el Gobierno español.

Las obras se iniciaron ese mismo año, pero casi de inmediato la crisis empezó a pasar factura. En 2009 la Junta suscribió un préstamo de 200 millones con los que se construyeron medio centenar de puentes, viaductos y la plataforma de 77 kilómetros entre Antequera y Marchena sobre la cual se tenderían las vías y se levantarían las catenarias. Pero hasta ahí llegó el dinero. Las obras en el tramo entre Marchena y Sevilla, 51 kilómetros, están congeladas y sin fecha de reanudación. Ya en 2011 la Junta de Andalucía pidió al Gobierno español que echara una mano para seguir con el proyecto, pero en noviembre se produjo el triunfo del PP y desde entonces todo quedó en vía muerta.

Según se señala, el problema no son únicamente esos 280 millones gastados en una plataforma de 77 kilómetros entre Marchena y Antequera, sino las miles de hectáreas de cultivo expropiadas que en adelante van a seguir sin producir.

En los últimos días, la consejera de Fomento de la Junta, Elena Cortés, ha ofrecido al Gobierno de Madrid que esos 77 kilómetros de vía se utilicen como circuito de pruebas para los trenes de alta velocidad. Porque entre los planes del Gobierno de Madrid se encuentra, o se encontraba, la creación en Antequera de lo que se conoce como el anillo ferroviario, una pista circular para probar los trenes, proyecto para el que la UE tiene comprometidos 269 millones. El Gobierno dice que ni hablar de la idea de utilizarlo como pista de pruebas porque ese tramo de vía no cumple los requisitos técnicos necesarios. Los trenes alcanzan velocidades de hasta 500 kilómetros por hora y resulta imposible llegar a esa cota en un tramo tan corto. Pero quizá el verdadero motivo para negarse consiste en que ese anillo ferroviario es, hoy por hoy, irrealizable.

La decisión de paralizar las obras ha sido vista como una muestra del dispendio de dinero público, con infraestructuras iniciadas a raíz de una burbuja económica en la que no se reparaba en gastos. Sin embargo, otros casos, como el del AVE Toledo-Cuenca, evidencian que el verdadero derroche es el de acabar las obras para una línea que no se utiliza y que apenas mueve en sus trenes de alta velocidad nueve personas al día. GARA