César Manzanos
Soziologian doktorea
JO PUNTUA

Los Guantánamos españoles

Según el Gobierno español, un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) es un establecimiento público de carácter no penitenciario donde se retiene a extranjeros sometidos a expediente de expulsión del territorio nacional; es decir, lugares de detención para personas extranjeras que, como se dice habitualmente, «no tienen papeles». En la práctica y, debido a la falta de regulación y normativas legales, son prisiones administrativas donde convergen el hacinamiento, las condiciones infrahumanas y demás prácticas rutinarias de humillación y maltrato. De ahí que la estancia en un CIE (en principio, como máximo de 60 días) sea mucho peor que la estancia en una cárcel, y que se les conozca con el nombre de los «Guantánamos españoles». Hasta el Tribunal Supremo ha cuestionado la retención de inmigrantes y la ONU, así como varias sentencias judiciales, advierten de las condiciones inhumanas de este tipo de centros, en algunos de los cuales se han descubierto redes de abusos sexuales a las inmigrantes internas o han llegado a fallecer personas retenidas por la falta de atención médica.

Del total de CIEs extendidos por toda la UE desde 1995, en la actualidad encontramos ocho en España (Zona Franca en Barcelona, Aluche en Madrid, Zapadores en Valencia, Sangonera la Verde en Murcia, La Piñera en Algeciras, Matorral en Fuerteventura, Barranco Seco en Gran Canaria y Hoja Fría en Tenerife), todos ellos dependientes del Ministerio del Interior. Las personas allí detenidas son custodiadas por la Policía Nacional, en la mayoría de los casos con muy pocas ganas de ejercer ese trabajo y, como hemos comprobado de primera mano, sin intérpretes y con escasa información sobre su funcionamiento.

Quienes trabajamos en actividades de apoyo a las personas migrantes hemos llegado a encontrarnos con familiares de detenidos desesperados dando tumbos de ciudad en ciudad intentando averiguar su paradero, sin recibir ningún tipo de respuesta aclaratoria por parte de quienes trabajan en el CIE. Y es que los CIEs se convierten en agujeros negros donde desaparecen personas que, víctimas de controles de identidad arbitrarios y racistas, son detenidas en plena calle vulnerando los principios básicos recogidos en la Constitución española y los Tratados Internacionales.