GARA
ANKARA

Acuerdo de mínimos de EEUU y Turquía sobre Rojava (Siria)

Ankara y Washington han anunciado un acuerdo de mínimos y parco en detalles sobre la futura creación de una «zona de seguridad» en Rojava, norte de Siria. Turquía ha retirado su amenaza de una ofensiva inminente, Damasco ha denunciado la «violación» de su soberanía. Los kurdos se mantienen expectantes a falta de conocer los detalles del acuerdo y ganan tiempo en sus negociaciones a distintas bandas para intentar garantizar su futuro.

El anuncio a través de sendos comunicados del ministerio de Defensa de Turquía y de la embajada de EEUU en Ankara de un acuerdo para la creación «rápidamente» de «un centro de operaciones conjuntas» que tendrá como objetivo final el establecimiento de una «zona de seguridad» en Rojava, norte de Siria, ha sido valorado de forma muy variable por los distintos agentes que operan en la zona.

El acuerdo, parco en detalles, fue anunciado tras tres días de intensas negociaciones entre Ankara y Washington, después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazara con una inminente ofensiva contra las milicias kurdas YPG, aliadas y armadas por EEUU en la guerra contra el Estado Islàmico (ISIS).

El Gobierno sirio denunció el acuerdo como una «agresión flagrante» a su soberanía. Damasco, que aspira a volver a desplegarse en Rojava (Kurdistán Occidental) acusó ayer a los kurdos de ser un « instumento del proyecto hostil» turco-americano y les urgió a volver al seno del rgazo de la nación» árabe.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, ha insistido estos meses en su voluntad de reconquistar Rojava «por la fuerza o a través de acuerdos de reconciliación».

Los kurdos, expectantes

Aldar Jalil, alto portavoz kurdo, señaló que «necesitamos saber más detalles y evaluaremos el acuerdo en función de estos y de los hechos, no de los titulares gruesos». «Su objetivo es simple y claro: atacar estas administraciones autónomas», afirmó, por su parte, Shahin Najib al Ali, portavoz de la administración civil de Kobane.

A última hora de ayer no había trascendido nungún detalle sobre la «zona de seguridad» sin presencia de las YPG ni sobre su profundidad y las fuerzas encargadas de su control, dos puntos de grandes divergencias. Turquía exige 33 kilómetros y EEUU no está dispuesto a ceder más de 15, dejando fuera además la parte más oriental, donde está la ciudad de Qamishlo.

Ankara valoró positivamente el acuerdo e insistió en que el objetivo final sería crear un «corredor de paz» donde instalar a los 3.6 millones de refugiados sirios en Turquía.

Erdogan, en horas bajas tras su sonada derrota en Estambul, busca así sacudirse la presión de los refugiados y crear un corredor árabe suní en pleno territorio kurdo-sirio, como ha hecho desde la invasión el año pasado del cantón kurdo de Afrin.

EEUU anunció en diciembre su retirada del norte de Siria pero sus soldados siguen allí en sus bases militares. La Turquía de Erdogan lleva meses perdiendo su ya nula paciencia.