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TÚNEZ

Ennahda pide al presidente tunecino que se retracte y convoque elecciones

La principal formación política en el Parlamento de Túnez, Ennahda, propuso ayer celebrar elecciones anticipadas tras las contundentes acciones del presidente Kais Saied, que suspendió la Asamblea, destituyó al primer ministro y se autoadjudicó el poder ejecutivo.

La decisión del presidente tunecino, Kais Saied, de suspender la actividad parlamentaria durante 30 días y atribuirse poderes ejecutivo aboca al país a un periodo de incertidumbre, advierten los expertos.

Saied, un independiente elegido en 2019 sin experiencia política previa, llevaba enfrentado desde hace seis meses con el partido islamista Ennahdha, la formación con mayor peso en el Parlamento. Este pulso estaba enquistado cuando el domingo se produjeron manifestaciones en numerosos puntos del país contra el gobierno de Hichem Mechichi, respaldado por Ennahdha, y que era muy criticado por la gestión del covid-19. El presidente, también jefe del Ejército, anunció la destitución de Mechichi, con el cual estaba en conflicto, y la suspensión de la actividad del Parlamento.

El presidente, quien se apoyó en el Ejército, se apoyó en el artículo 80 de la Constitución que prevé, en caso de «peligro inminente», la posibilidad de tomar medidas necesarias, cuya naturaleza no está detallada en la Carta Magna. Además de destituir a dos ministros, incluido el de Defensa, la Presidencia no ha concretado aún los cambios anunciados, como el nombramiento de un nuevo primer ministro, ni detalló la hoja de ruta para salir de la crisis.

«Concentración de poder»

En opinión del politólogo Selim Kharrat, «las decisiones de Saied no son constitucionales. El artículo 80 prevé dejar al Parlamento en sesión abierta, pero él hizo lo contrario». «Está por verse si Saied inicia negociaciones o si seguirá con decisiones unilaterales», añadió.

Para Fadil Aliriza, jefe de redacción del sitio informativo Meshkal, «hay una concentración de poder» en las manos del presidente, pero «es temprano para saber si será permanente o temporal».

«Golpe de Estado o golpe de efecto», tituló en portada el periódico “Le Quotidien”. «El puntapié dado por Kais Saied en el hervidero parlamentario ha tomado desprevenido a mucha gente, comenzando por Ennahdha», añadió.

«¿Hay que temer por la revolución?», se preguntó el rotativo “La Presse” en un editorial donde subrayó que «el espectro de la incertidumbre política y la bancarrota conjugado a los efectos de una crisis sanitaria mal gestionada han provocado un terremoto el domingo».

Ennahda, con mayoría parlamentaria, tildó la suspensión de la Asamblea como un «golpe de Estado contra la democracia». Locales del partido fueron saqueados en varias ciudades tunecinas por seguidores de Saied la noche del domingo. Ayer pidió la celebración de elecciones legislativas y presidenciales anticipadas de «forma simultánea» para «garantizar la protección del proceso democrático y evitar que cualquier retraso sirva de pretexto para mantener un régimen autocrático».

En un comunicado, el órgano rector del Parlamento, presidido por Rached Ghannouchi –también de Ennahda–, «expresó con unanimidad su rechazo absoluto y su firme condena» a la suspensión de la Asamblea.

El país, fuertemente endeudado y que negocia su cuarto plan de ayuda en 10 años con el Fondo Monetario Internacional, sufrió el golpe de la caída del turismo debido a la pandemia, que representa 14% de su PIB.