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Expertos instan al Congreso estadounidense a «flexibilizar» su política hacia los procesos secesionistas en Europa

El subcomité para Europa del Congreso de los Estados Unidos analizó ayer la postura que debería mantener su país ante los movimientos de autodeterminación, entre ellos los de las naciones europeas. Tres expertos tomaron la palabra para afirmar que «no existe ningún impedimento legal para que una entidad sub-estatal declare la independencia» y abogaron por que EEUU «flexibilice» su política hacia los movimientos de autodeterminación, yendo más allá del respeto a la integridad territorial de los actuales estados.

Jason Sorens, uno de los expertos que ha intervenido en el Congreso estadounidense, en el curso de EHU-UPV de 2013. (Jon URBE | ARGAZKI PRESS)
Jason Sorens, uno de los expertos que ha intervenido en el Congreso estadounidense, en el curso de EHU-UPV de 2013. (Jon URBE | ARGAZKI PRESS)

El Congreso de los Estados Unidos celebró ayer una sesión referida a la posición que debería mantener su país ante los movimientos de autodeterminación en todo el mundo. La sesión se centró, en gran medida, en la situación de Europa y durante la presentación que realizaron tres expertos se citó el caso escocés, el catalán, el de Kosovo y también el de Euskal Herria, al que hizo referencia Jason Sorens, uno de los expertos más reconocidos en el tema. Sorens participó en 2013 en un curso organizado por la UPV en Donostia sobre derecho a decidir y autodeterminación. [Jason Sorens en NAIZ: «La secesión es irreal, hasta que no lo es»]

Sorens subrayó que facilitar «una vía legal para la independencia puede promover la paz obligando tanto a secesionistas como a gobiernos centrales a perseguir sus objetivos en términos electorales y legislativos». El experto estadounidense destacó que su gobierno «debería tomar en consideración no solo al Estado matriz, sino también los intereses del secesionista». Sorens dibujó en la sesión de ayer un amplio mapa de lugares del mundo en el que existía cierta exigencia independentista, entre las que citó a Euskal Herria. 

Algo más explícito fue en su presentación el Doctor Paul Williams, de la American University. Williams afirmó que «los EEUU deben pasar de una política única que hace hincapié en la estabilidad y el estatus quo de las fronteras existentes» a otra que reconozca la «soberanía ganada».

En su presentación, Williams comparó el caso escocés con el catalán. Del primero recordó que fue un referéndum legal, opción que el Gobierno español imposibilitó en el caso catalán llevando la consulta del 9 de noviembre de 2014 ante el Tribunal Constitucional español. Sobre la vía judicial emprendida por el Gobierno español, el experto concluye que «este debate doméstico legal es irrelevante para la Unión Europea» ya que recuerda que «si los catalanes optan por la independencia, buscarán el reconocimiento internacional en base a la voluntad de la ciudadanía, no en las disposiciones de la Constitución española». Tras recordar la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia sobre Kosovo, afirmó que «no existe ningún impedimento legal internacional para que una entidad sub-estatal declare la independencia». Williams lamentó que «la Unión Europea ha fallado a la hora de desarrollar una política coherente en respuesta a los movimientos de autodeterminación». 

El tercer testimonio en el Congreso estadounidense corrió a cargo de Ivan Vejvoda, del German Marshal Fund. Tras repasar las políticas mantenidas por las instituciones europeas ante diferentes procesos de secesión, subrayó que «el mundo ha estado permanentemente confrontado con el hecho de tener que decidir entre autodeterminación o soberanía nacional», muchas veces citada como respeto a la integridad territorial. Vejvoda remarcó la necesidad de dar cauce legal a las exigencias autodeterministas y terminó su exposición con una cita del historiador húngaro Istvan Bibo, que concluía diciendo que «las cuestiones territoriales no resueltas representan una grave amenaza».