Eguzki Agirrezabalaga

Liverpool, más que Beatles y fútbol

Es inevitable que «Los cuatro de Liverpool» aparezcan en cualquier rincón de la ciudad, porque –al igual que el fútbol– forman parte de su paisaje urbano. Pero Liverpool ofrece mucho más que The Beatles y fútbol. Su antiguo muelle lo confirma.

Albert Dock, la zona de los muelles reconstruidos.
Albert Dock, la zona de los muelles reconstruidos.

El paseo marítimo Albert Dock puede ser un buen punto de partida para recorrer Liverpool; pero no únicamente por ser el actual centro de la oferta cultural y de ocio de la ciudad, sino también porque se ha convertido en testigo referencial de su larga historia. Los muelles fueron bombardeados durante la Segunda Guerra Mundial, olvidados después durante mucho tiempo y, a finales de los noventa del pasado siglo, recuperados y restaurados hasta convertirse en detonante del crecimiento de la ciudad. Hoy esta zona portuaria está repleta de acogedores y concurridos bares, restaurantes, edificios históricos, museos y galerías de arte.

Entre las atracciones que albergan hoy los muelles, declarados Patrimonio de la Humanidad, se halla el International Slavery Museum, que recuerda que los muelles de Liverpool fueron uno de los puertos de esclavos más activos del mundo. También se halla en la zona portuaria el Merseyside Maritime Museum, la Tate Gallery de Liverpool, el Museo de Liverpool, con un diseño espectacular, y The Beatles Story, el museo más visitado de la ciudad.

Tras las huellas de The Beatles

Precisamente, es en el museo dedicado a los Beatles donde comienzan su gira los nostálgicos que optan por realizar un recorrido dedicado exclusivamente al cuarteto de Liverpool. Habitualmente, arrancan su itinerario en el Museo de los Beatles, en cuyo interior caminarán entre objetos variados que un día pertenecieron a John, Paul, Ringo y George, mientras escuchan sus canciones y algunas anécdotas sobre la historia del mítico grupo.

La siguiente parada obligada de los fans de los Beatles es, sin duda, The Cavern Club, el legendario pub que albergó las primeras actuaciones del grupo y donde ofrecieron, dicen, 292 conciertos. En realidad, no es la sala original, sino la réplica construida muy cerca de la anterior después de que esta fuera derribada. Después, en la misma calle, muchos de sus incondicionales se fotografían junto a la estatua de Lennon. Y quienes aún quieren más se apuntan a alguna de las excursiones que oferta Magical Mystery Tour y que recorren los escenarios por los que transcurrió la infancia y la juventud de los miembros del grupo. Dicen que terminar el itinerario sin tararear ‘Yellow Submarine’ es casi imposible, sobre todo, tras visitar Penny Lane.

Dos catedrales impresionantes

Obviamente, hay quienes no sienten tanta veneración por los Beatles y prefieren disfrutar de la arquitectura de otro tipo de edificios. Y precisamente en Liverpool conviven dos catedrales que algunos incluyen en la lista de las más sorprendentes del mundo: la anglicana y la metropolitana. Diferentes, pero las dos magníficas obras de arquitectura.

La construcción anglicana, imponente y majestuosa, es clásica medieval de estilos góticos con los arcos más altos del mundo, el campanario más alto y la campana más pesada. Y, por su parte, la catedral metropolitana, construida en 1967, es de estilo moderno, con forma circular, ubicada al final de un gran atrio de escalones que asemejan el acceso de un templo maya. Además, a las dos catedrales se puede añadir una tercera, la iglesia de St. Luke’s, conocida como «la iglesia bombardeada». Aparentemente, no es especial, porque la parte exterior permanece intacta, pero, una vez en el interior, el visitante se asombra al observar que no tiene techo. Fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.

Los viajeros que disfruten de la arquitectura deberían dirigirse después a las conocidas como «Las tres gracias de Liverpool», tres edificios, todos Patrimonio de la Humanidad, que se levantan cerca del río Mersey: el Royal Liver Building, el Cunard Building y el Port Of Liverpool Building.

Dicen también que uno de los mejores planes para quienes quieran conocer Liverpool desde otro punto de vista es darse una vuelta por el río Mersey y disfrutar de la ciudad desde la distancia. Es, además, un buen momento para descansar y recobrar fuerzas con un scouse, un guiso de cordero y vegetales con salsa gravy que preparaban los marineros a principios del siglo XVIII. Tampoco es mal plan acercarse hasta la Playa de Crosby, donde se encuentran dispersadas las ‘Another Place’, un conjunto de cien figuras humanas de hierro fundido a tamaño real mirando hacia el mar.

Parques donde elegir

Los parques urbanos repartidos por la ciudad también invitan a relajarse un rato. Y, afortunadamente, hay donde elegir. Uno de ellos es Sefton Park, premiado en varias ocasiones por su entorno natural. Allá se halla The Palm House, un edificio que acoge durante todo el año numerosos eventos. Otros parques concurridos y recomendables son Calderstones Park, Chavasse Park y Everton Brow Park, especialmente aconsejable para quienes quieran disfrutar del mejor atardecer sobre la ciudad. 

Tras el receso, los aficionados al fútbol deberían acercarse al Estadio de Anfield, sobre todo si coinciden con un derbi de Merseyside, entre el Everton y el Liverpool, dos de los equipos más antiguos de la historia de este deporte. Dicen que escuchar a la gente en el estadio cantando ‘You Will Never Walk Alone’ es una experiencia inolvidable.

Sin embargo, quienes no disfruten con el fútbol podrían acercarse hasta Hope Street, una concurrida y animada calle muy adecuada para despedirse de Liverpool, ubicada a apenas cuatro horas de Londres y media hora de Manchester.